03 SEPT. 2018 MIGRANTES EN EUSKAL HERRIA TXANTXARREKA ACOGE REFUGIADOS ANTE LA INACCIÓN DE LAS INSTITUCIONES INTEGRANTES DEL GAZTETXE TXANTXARREKA DE ANTIGUA, EN DONOSTIA, RECOGIERON MATERIAL Y FONDOS EL SÁBADO EN LA CALLE MATIA. AYER HICIERON LO MISMO EN PORTALETAS, APROVECHANDO LA AFLUENCIA DEL PRIMER DÍA DE REGATAS. EL OBJETIVO ERA PODER SEGUIR ACOGIENDO A REFUGIADOS EN EL GAZTETXE, INICIATIVA QUE SITÚAN FRENTE A LA INACCIÓN INSTITUCIONAL. Dernière mise à jour : 06 SEPT. 2018 - 12:53h Martxelo DÍAZ La iniciativa de acoger a refugiados en el gaztetxe Txantxarreka del barrio donostiarra de Antigua respondió a una demanda de Harrera Sarea de la capital guipuzcoana. Durante el mes de agosto, el gaztetxe ubicado junto al paseo de Heriz se ha convertido en el lugar en el que han dormido un grupo de refugiados que han recalado en Donostia y que, de no haber tenido acceso a este lugar impulsado por las redes de solidaridad ciudadana, se hubieran visto obligados a pernoctar en la calle. En total, en Txantxarreka han albergado a grupos de quince personas como máximo. Desde el gaztetxe antiguotarra destacan con satisfacción que gracias a su intervención han conseguido que una mujer y dos menores hayan tenido una solución relativamente satisfactoria a su situación de desamparo. «Somos plenamente conscientes de que estamos haciendo una labor que no nos corresponde. Para nada. Al margen de los que hemos albergado en el gaztetxe Txantxarreka hay unas 200 personas que se encuentran en desamparo en Donostia», afirman portavoces del gaztetxe de Antigua, que subrayan que, a diferencia de lo que sucede en Bilbo o en Irun, en la capital guipuzcoana los migrantes son una realidad que se ha conseguido ocultar y que no forma parte de la agenda oficial. «En Donostia los refugiados no se ven. De hecho, la labor que estamos llevando a cabo en el gaztetxe tampoco tiene una gran visibilidad. Para las instituciones, es una situación perfecta y muy cómoda, que no les crea ninguna clase de problemas. Tenemos a un grupo de migrantes en el gaztetxe y estamos haciendo un trabajo que realmente correspondería a las instituciones. Es algo que creemos que hay denunciar. En Donostia, un gaztetxe, que no tiene apenas recursos, está realizando una labor que le correspondería al Ayuntamiento o a la Diputación», denuncian los integrantes de Txantxarreka. La excusa del «tránsito» Los jóvenes del barrio de Antigua subrayan que no es cierta la tesis defendida por las instituciones vascas de que los migrantes que llegan a Euskal Herria están en una situación de «tránsito» hacia otros países europeos, por lo que su estancia en nuestro territorio es temporal. «Eso no es verdad. Nos hemos encontrado con que hay gente que quiere quedarse en Euskal Herria y ante ello las instituciones no están dando ninguna respuesta. Donostia se ha declarado oficialmente como ‘ciudad de acogida’ pero vemos que las instituciones no responden a esta situación y que nosotros, con todas nuestras limitaciones, tenemos que hacer frente a las necesidad de los refugiados que han llegado a esta ciudad. El discurso que mantienen el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa respecto a la inmigración es completamente falso», denuncian desde este gaztetxe de Antigua. Los miembros de Txantxarreka subrayan la implicación que han tenido los vecinos de Antigua a la hora de responder a la necesidad de acoger a los refugiados en el gaztetxe. Una manifestación recorrió las calles del barrio coincidiendo con la Aste Nagusia donostiarra. «La labor del gaztetxe se realiza, fundamentalmente, para el barrio. Esta es una cuestión que a nosotros nos queda grande. Sin la ayuda de los vecinos, no podríamos hacer nada», explican. En este contexto se enmarcan las colectas de material y fondos que han realizado, y de las que hacen una buena valoración. «Pedimos ayuda en forma de material, servicios y dinero», señalan. Los propios refugiados acogidos en el gaztetxe se han encargado de las tareas de cocina y limpieza. En cualquier caso, la acogida de refugiados ha supuesto un reto para los jóvenes de Txantxarreka, que se han organizado en diversas comisiones para hacer frente al trabajo que tenían enfrente. De este modo, el 10 de agosto celebraron la primera asamblea y comenzaron a tomar forma las comisiones de cuidado, comidas, comunicación, traducción, infraestructura o sanitaria. También han organizado diferentes actividades de ocio. «Hemos hecho lo que hemos podido, pero realmente es una tarea inmensa a la que hemos hecho frente con escasos medios», remarcan. La acogida de los refugiados a Txantxarreka se ha desarrollado a lo largo del mes de agosto, pero la llegada de setiembre complica la situación, puesto que los jóvenes tienen ahora compromisos laborales o educativos. «Hemos hablando con las personas que hemos acogido y son conscientes de que esta es una solución temporal. Están muy a gusto con nosotros y querrían quedarse, especialmente tras realizar un largo y penoso viaje». En estas circunstancias, la exigencia de una respuesta adecuada a las instituciones responsables cobra una mayor urgencia. Por ello, el miércoles tienen previsto realizar una protesta ante el Ayuntamiento de Donostia para reclamar que den una solución a un problema al que hasta el momento no han afrontado como deberían. En agosto, la denuncia de esta situación ya llegó a las puertas del Ayuntamiento y también al Palacio de Miramar, donde el lehendakari de Lakua, Iñigo Urkullu, celebró su tradicional primer consejo de Gobierno tras el paréntesis estival. A escasos 750 metros de Miramar, en el gaztetxe Txantxarreka, tenían una realidad a la que algunos preferían no mirar. «En Donostia los refugiados no se ven. En el gaztetxe hacemos un trabajo que no nos correspondería» «Sin la ayuda de los vecinos del barrio no podríamos hacer nada», destacan los miembros de Txantxarreka Gaztetxea