Isidro ESNAOLA
Donostia

LA UNIÓN EUROPEA ENTRA EN LA LUCHA PARA DEBILITAR LA HEGEMONÍA DEL DÓLAR

El anuncio de Jean-Claude Juncker de reforzar el papel del euro frente al dólar ha dejado al descubierto la dependencia europea hacia la moneda norteamericana, al tiempo que fortalece los esfuerzos por construir otro sistema de divisas internacional.

Durante el debate sobre el estado de la Unión, el pasado miércoles, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean Claude Juncker, anunció que el Ejecutivo comunitario presentaría propuestas para reforzar el papel del euro frente al dólar en los mercados internacionales.

No concretó ninguna medida, limitándose a señalar dos ejemplos de la dependencia comunitaria respecto al dólar. El primero: la Unión paga el 80% de la factura energética en dólares, aunque solo el 2% de las importaciones de energía provienen de Estados Unidos. La agencia Reuters puntualizó la información señalando que, de todos los países a los que la UE compra energía, únicamente se le paga en euros a... ¡Noruega! El segundo es todavía más inverosímil: hay empresas europeas que compran aviones fabricados en Europa y los pagan en dólares. No cabe mayor muestra de dependencia del dinero ajeno.

Es posible que el repentino interés por reducir la demanda de dólares y fortalecer la moneda propia tenga relación con la creciente tensión política entre la UE y la Administración de Donald Trump pero, sobre todo, es consecuencia de la ruptura unilateral por parte de EEUU del acuerdo nuclear con Irán y las posteriores sanciones a este país. Al no conseguir el apoyo de otros estados a la ruptura, la prohibición de comerciar con Irán resultaba insuficiente para ahogar al Estado persa, por lo que el Gobierno estadounidense ha recurrido a una ley del año 2010, Act 111-195, que contempla sanciones no solo para aquellos que comercien, sino también para los bancos que intervengan y faciliten las transacciones financieras. De alguna manera, Estados Unidos ha decidido utilizar el control que ejerce sobre el acceso al espacio financiero del dólar para reforzar las sanciones, al amenazar a todos aquellos que no las respeten con dejarles fuera del ámbito de funcionamiento del “billete verde”. Trata de valerse de que el dólar funciona como dinero mundial para conseguir fines estrictamente particulares.

La UE, comprometida con el acuerdo nuclear iraní, se ha visto en una difícil tesitura. El 7 de agosto actualizó el llamado «estatuto de bloqueo», una medida de defensa contra sanciones que considera ilegítimas y que básicamente anula en territorio comunitario los fallos de tribunales extranjeros basados en esas sanciones. Este estatuto permite proteger a las empresas europeas fuera de EEUU, pero poca virtudes más tiene, especialmente si la Administración norteamericana no les permite operar en dólares, máxime cuando los ejemplos ofrecidos por Juncker muestra una dependencia absoluta de la UE hacia el dólar, incluso en las transacciones intracomunitarias.

Un espacio financiero fragmentado

Todo ello no es más que una pequeña muestra de las contradicciones que surgen por el uso del dólar como dinero mundial en las transacciones internacionales, por un lado, y las necesidades políticas y económicas internas de Estados Unidos, por otro. Los últimos meses, por ejemplo, la política económica de la Administración Trump está empujando los tipos de interés hacia arriba, lo que está golpeando a la mayoría de divisas de los países emergentes, que ven cómo sus monedas pierden valor irremediablemente: la rupia indonesia se encuentra cerca del valor que tenía durante la crisis de las divisas asiáticas de finales de la década de 1990, el rand sudafricano y el rublo ruso están en su nivel más bajo desde hace dos años, mientras que la lira turca y el peso argentino, especialmente afectadas en agosto, no se han recuperado todavía.

En la última cumbre del Foro Económico Oriental de Vladivostok, Vladimir Putin señaló que «la parte rusa y china han confirmado su interés en un uso más activo de las divisas nacionales en transacciones bilaterales. Ello aumentará la estabilidad de los servicios banqueros en las exportaciones e importaciones en las condiciones de riesgo actuales en los mercados globales». No es el único ejemplo: Reuters informó recientemente de que, en apenas un año de funcionamiento, la bolsa de petróleo de Shanghai ha logrado acaparar el 14% del comercio mundial de futuros de petróleo. Es decir, que los intentos de sustraerse a la influencia del dólar se multiplican. No obstante, la decisión de la UE de fortalecer el euro puede dar nuevos bríos a la búsqueda de un sistema de divisas internacional más descentralizado y basado en una cesta de monedas.

 

Moscú sigue con interés las decisiones sobre el euro de Bruselas

En Moscú también han seguido con interés el anuncio de Juncker, al ser uno de los países que más puede sufrir las sanciones por continuar comerciando con Irán. La agencia de noticias RIA Novosti subrayaba la importancia de ese anuncio y su periodista Pavel Lisitzin apuntaba a que semejante decisión política no sería posible sin el apoyo implícito de Angela Merkel. Señalaba un efecto positivo al «disminuir la vulnerabilidad» de las empresas rusas frente las sanciones, pero al mismo tiempo reconocía un efecto negativo: el fortalecimiento del euro puede «limitar las oportunidades para el desarrollo del papel internacional del rublo».I.E.