GARA
GINEBRA

«Desesperanza» por el incumplimiento de los acuerdos de paz con las FARC-EP

La senadora de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) Victoria Sandino participó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, donde alertó de la «desesperanza» en Colombia por los incumplimientos en la aplicación del acuerdo de paz.

La senadora de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) Victoria Sandino acaba de participar en la 39 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, órgano ante el cual ha alertado de los incumplimiento en la implementación de los acuerdos de La Habana y de la «desesperanza» que ello está generando entre los excombatientes. También se reunió con el relator especial sobre la tortura y otros tratos degradantes, ante quien denunció las condiciones de encarcelamiento del exnegociador plenipotenciario de las FARC Jesús Santrich, preso en la prisión bogotana de máxima seguridad La Picota en virtud de una orden de extradición de EEUU, que le acusa de narcotráfico.

«Hay avances en la paz de Colombia en términos de que se paró la confrontación armada. Se ha parado el derramamiento de sangre en los campos colombianos. Pero estamos en un momento muy complejo, muy difícil de la implementación», subrayó en una entrevista con AFP.

«Es una fase de mucho escepticismo, la desesperanza incluso de la gente que más ha vivido el conflicto. Tenemos una preocupación enorme por los incumplimientos», remarcó la exnegociadora de la guerrilla en La Habana. Afirmó que el objetivo de su presencia en el Consejo de Derechos Humanos es «denunciar y visibilizar la situación de derechos humanos que hay en nuestro país», y las violencias ejercidas contra los militantes de derechos humanos.

Incidió en que desde la firma de los acuerdos de paz en noviembre de 2016 han matado a 76 exguerrilleros, a 20 familiares y a 347 líderes, activistas o reclamantes de tierras. Pidió a la comunidad internacional que siga acompañando el proceso de paz porque es «un blindaje para la gente». «El hecho de que las delegaciones internacionales estén en Colombia, y que conminen o inviten al Gobierno a que cumpla con lo pactado y que respete los derechos humanos, es fundamental», destacó.