Jo hi era…

Había una vez un lugar en el mundo donde la gente salía a la calle cada 11 de setiembre pidiendo un referéndum. Existe un lugar donde después de años saliendo la ciudadanía a la calle los políticos decidieron canalizar esa masa mediante sus propuestas en un programa electoral que resultó ganador. Esos osados políticos viéndose con la mayoría necesaria en el Parlament de Catalunya (bastante más antiguo que el español) decidieron aprobar las leyes necesarias para que sus propuestas electorales refrendadas por la mayoría de los catalanes fueran llevadas a cabo. Existe un lugar donde la palabra de los políticos se cumplió y gracias a la colaboración de la gente que los había situado allí para cumplir con su palabra consiguieron que un primer domingo de octubre se convirtiera ya en una fecha histórica para ese país.

Pero también existe otro mundo, una gente que se dedicó a decirle a esos otros que ganaron las elecciones y vía parlamentaria aprobaron leyes para llevar a cabo dicho programa, que eso era ilegal, que no podía ni se debía hacer y que serían múltiples las consecuencias de seguir adelante. Su estrategia se basó en afirmar: «Ni habrá urnas ni papeletas en los colegios» y dedicaron todas sus fuerzas (CNI y policías varias) en intentar encontrarlas. A pocos días y sin hallazgos y alentados por el «A por ellos» de los habitantes del otro país tomaron la decisión ese primero de octubre de arrasar con todo, muy probablemente dejándose llevar por la rabia de no haber sido capaces de encontrar algo tan simple como unas cajas de plástico ni haber podido hackear todo aquello necesario para la celebración del referéndum.

Existen dos lugares, yo tengo muy claro en cual quiero vivir. Ese día nos ganamos el derecho a tomar nuestras propias decisiones políticas lejos de un Estado amenazante con nuestro idioma, cultura y signos identitarios. No sabemos si en meses o años ganaremos la República pero con la determinación del camino emprendido no falta mucho para que pueda llegar.

En recuerdo a todos los que hace un año mantuvimos las escuelas abiertas y los que pacíficamente consiguieron que el referéndum se pudiera realizar: Visca la República!