Vocabulario

Tiempo muerto. Ningún día sin un partido de fútbol televisado. Uno por lo menos. Y de todas las ligas circundantes. Tiempo de jueces. El tono en el que hablan algunos jueces, fiscales y demás cuerpos de la administración de la Justicia y el vocabulario que usan revelan el marco de pensamiento ultra en el que se mueven. No generalicemos. La violencia de género en manos de jueces cafres y machistas es una redundancia. Un abuso persistente. Una violencia invisible muy dura que se ejerce sobre las mujeres. Alerta.

Tiempo al tiempo. La persistencia de Zipi y Zape y sus coros y danzas para que se intervenga de nuevo en Catalunya y se aplique el artículo 155 forma parte de un diseño golpista que busca, no instaurar por la fuerza ese artículo, sino otro que les pone más cachondos de los que encabezan la constitución borbónica: el 8. Es el que se explica de manera muy realista, muy clara y pormenorizada con vocabulario castrense contundente que los ejércitos están para garantizar la unidad del reino y la integridad de todo su territorio. Avisados quedan.

Tiempo de cocción. He tenido la oportunidad de ver los cuatro canales de TV3, la televisión catalana, en estos días. Y me ha parecido que tienen un nivel alto, en forma y contenidos. Se realiza un humor político ácido y me parece entender que disparan sin contemplaciones contra todo lo que se mueve por delante. Las tertulias políticas son tendenciosas, como en todo ente público que se precie, pero hay voces diferentes. En las televisiones privadas, dependiendo del canal, la tendencia es todavía más obvia. En TeleMadrid la resucitada Esperanza Aguirre monta el numerito. Le lanza de muy malas maneras a una periodista la palabra podemita como insulto y se larga del plató dando espectáculo. Ha olvidado que ya no es su tele. O eso parece.