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WASHINGTON

Bin Salman recuerda a EEUU sus «antiguos y fuertes» lazos

El príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman, recordó al secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, los «fuertes y antiguos» lazos que unen a ambos aliados, cuando el foco sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi parece forzar a Ryad a reconocer que sus agentes lo mataron en el consulado turco.

El príncipe heredero saudí y verdadero hombre fuerte del reino, Mohamed Bin Salman, recordó al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que Ryad y Washington son «antiguos y fuertes aliados». «Enfrentamos juntos los desafíos, ya sea en el pasado, el presente o el futuro», añadió, subrayando los lazos de ambos aliados en un momento de presión sobre Ryad, al quedar al descubierto la desaparición del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul.

Pompeo y Bin Salman mostraron una amplia sonrisa en la primera de sus dos reuniones previstas ayer. El secretario de Estado también se reunió con el rey Salman en este viaje en el que se prepara una salida a esta crisis entre aliados creada por el caso de Khashoggi.

La portavoz del departamento de Estado, Heather Nauert, declaró que Ryad estaba de acuerdo en la necesidad de una investigación «exhaustiva y transparente».

Estos encuentros tienen lugar después de que las autoridades turcas registraran el lunes por la noche, durante ocho horas, el consulado saudí en Estambul, donde el periodista fue visto por última vez el 2 de octubre.

La policía turca también se disponía a registrar ayer la residencia del cónsul, Mohamed Ibrahim Otaibi situada muy cerca del consulado. Otaibi abandonó Turquía y volvió a Ryad ayer, antes de que comenzara el registro. Según responsables turcos, fueron agentes del reino los que mataron a Khashoggi en un interrogatorio y su cadáver despedazado fue sacado de la delegación diplomática, lo que Ryad niega. Al menos en su primera versión aseguró que el periodista había abandonado el consulado.

Ryad prepara otra versión

Pero el lunes, tras haberse entrevistado por teléfono con el rey Salman, Trump ya sugirió un cambio en las versiones al señalar que la desaparición del periodista «podría ser obra de elementos descontrolados». El sábado, por primera vez, Trump consideró posible que Ryad estuviera implicada en la desaparición y amenazó con un «castigo severo» si se confirmaba.

Por su parte, Arabia Saudí prometió responder con represalias a las posibles sanciones y advirtió de su papel clave en la economía global.

Pero, según varios medios estadounidenses, Arabia Saudí se planteaba ya admitir que Khashoggi murió durante un interrogatorio en el consulado. CNN, que citó dos fuentes anónimas, indicó que Ryad habría preparado un informe para tratar de minimizar su implicación en la desaparición de Khashoggi.

Según “Wall Street Journal”, achacar la muerte a un interrogatorio no controlado permitiría a la familia real «deshacerse de una implicación directa». Además, facilitaría a sus aliados occidentales continuar con la estrecha relación.

Y es que el caso complica las cosas a Trump, que ha basado en su relación personal con el rey Salman y con el príncipe su estrategia de acercamiento de Arabia Saudí e Israel contra Irán.

Ryad tiene mucho que perder con la confrontación

La economía de Arabia Saudí tiene mucho que perder si opta por la confrontación tras la desaparición de Khashoggi, que ha provocado que EEUU amenace con un «castigo severo» a su aliado. Ryad, que vende un millón de barriles al día a EEUU, podría recurrir al petróleo como arma económica. Con una extracción diaria de 10,52 millones de barriles, juega un papel crucial en el mercado global –más aún ante las inminentes sanciones a Irán– y mover el precio del barril según las necesidades de la familia real. Pero hacer agitar el mercado y subir el precio a 200 dólares el barril, como mencionó la cadena Al Arabiya, destruiría su reputación de productor «fiable» para occidente y desestabilizaría a un Mohamed bin Salman, que busca inversores en todo el mundo. La economía saudí ya sufre repercusiones, después de que varios inversores se hayan desvinculado de los proyectos faraónicos del Bin Salman y del foro Future Investment Initiative. Los últimos en abandonar han sido los presidentes de los fondos Blackrock y Blackstone. GARA