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MANIOBRA DE LA FIRMA BRITÁNICA

Zegona quiere relegar a Kutxabank y hacerse con el control de Euskaltel

Hacía tiempo que el fondo británico Zegona, propietario del 15% de las acciones de Euskaltel, mantenía un discurso muy crítico con los gestores de la operadora y con sus resultados bursátiles. Llegó a plantearse su salida del accionariado. Sin embargo, ha optado por descabalgar a Kutxabank e intentar hacerse con el timón de la compañía vasca.


Zegona Communications pretende dar un golpe de mano en Euskaltel a través de una oferta pública voluntaria parcial a 7,75 euros por acción. La operación, valorada en 206 millones de euros, se proyecta sobre un máximo del 14,9% de la operadora vasca, con lo que la firma británica, que ya tiene el 15%, llegaría al 29,9%. Se quedaría por tanto a puertas del 30% que, según establece la legislación, obliga a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el 100% de la compañía. Dicho precio representa una prima del 17,7% sobre el cierre bursátil del jueves, cuando los títulos tenían un valor de 6,58 euros, aunque su preció se disparó ayer tras conocerse la noticia y cerró con una subida del 13,74%, a 7,49 euros, cerca de lo ofrecido por Zegona.

En el caso de que la oferta acabe siendo lanzada y sea aceptada en todos sus términos, Zegona se convertirá en el primer accionista de Euskaltel, por delante de Kutxabank, que ostenta ahora el 21,32%. De hecho, con este movimiento, el fondo comandado por Eamonn O’Hare lanza una acometida contra los actuales gestores y principales accionistas de la compañía para ejecutar los cambios que lleva reclamando desde hace tiempo. La operación, dice en un comunicado, «ofrecerá a la alta dirección de Zegona la oportunidad de aplicar su amplio conocimiento y experiencia en el sector para aportar un valor añadido al negocio y ayudar a que desarrolle todo su potencial».

«Decepcionados»

De hecho, el pasado marzo, en una carta remitida a los inversores para dar cuenta de sus resultados, O’Hare se mostraba muy crítico con la gestión de Euskaltel y llegaba a calificar la inversión en la empresa vasca como «activo disponible para la venta». En aquella misiva, el presidente de Zegona lamentaba que el valor de su inversión se había desplomado de 223,8 a 182,2 millones de euros, una caída de 41,5 millones. «Estamos decepcionados con esta reducción en el valor en la inversión en Euskaltel», aseguraba.

Zegona entró en Euskaltel en 2017 con la venta del operador asturiano Telecable por 186,5 millones de euros en efectivo y un 15% de las nuevas acciones del Grupo Euskaltel, del que forma parte también la gallega R.

Pero el grupo presidido por Alberto García Erauzkin acumula fuertes descensos desde su debut en el parqué, y ahora Zegona propone que Euskaltel use la marca Virgin para crecer en otros puntos del Estado, apoyándose en acuerdos mayoristas de compartición de red con otros operadores. En ese camino, barajaría la incorporación a la empresa vasca de José Miguel García, ex consejero delegado de Jazztel, propiedad de Orange.

Cuatro consejeros de doce

Kutxabank no hizo ninguna valoración pública de la oferta, mientras que Euskaltel subrayó que su Plan Estratégico y el plan de negocio y de gestión fueron aprobados también con el apoyo del consejero nombrado por Zegona. En una nota, la empresa de telecomunicaciones sostiene que el interés de un accionista por incrementar su participación «refrenda la fortaleza del proyecto» y la «confianza de los accionistas en la trayectoria actual y en la futura evolución del negocio de la compañía».

Analistas de Banco Santander citados por “Cinco Días” señalan que, si la oferta tiene éxito, Zegona podría llegar a tener cuatro representantes de un total de doce miembros en el consejo de administración de Euskaltel.

En un informe para sus clientes, la entidad financiera señala que todavía hay incertidumbre sobre la decisión de los principales accionistas de Euskaltel, especialmente Kutxabank y Alba. Al respecto, cree que ha habido acuerdo con ambos accionistas, porque dos bloques de inversores con cerca de un 30% del capital cada uno podría generar demasiado ruido en el consejo de administración.