GARA
CARAVANA HACIA EEUU

La solidaridad de México reconforta a los migrantes

¡Viva México!, se escucha a lo largo de la caravana migrante que busca llegar a EEUU cada vez que cientos de mexicanos reparten, desde coches o a pie, comida, agua, medicamentos o ropa. Miles de hondureños exhaustos descansaron en Huixtla, donde recobraron fuerzas para seguir su camino.

«Me duele el corazón de ver a los niños y ahí sentimos nosotros la humanidad de ellos, y cómo el Gobierno no hace nada», cuenta a Efe emocionada Reina Lucía Ochoa, una habitante del suroriental estado de Chiapas que a pie de carretera repartía tortas (bocadillos).

Bajo un sol abrasador, miles de migrantes –unos 7.000, según la ONU–, la mayoría hondureños, pero también nicaragüenses, salvadoreños y guate- maltecos que huyen de la pobreza y la violencia, avanzan en una dura travesía por uno de los estados más pobres de México.

En su camino reciben el confort y el aliento de cientos de mexicanos, que distribuyen medicamentos, comida, agua, mantas y ropa. O los invitan a subir a camiones, furgonetas o motocicletas para facilitarles un viaje que, en el mejor de los casos, les llevará a la frontera con EEUU, a más de 2.000 kilómetros.

Cobijo y calor

En Huixtla los recibió la lluvia, pero también el cobijo y el calor de sus habitantes. Y de las autoridades municipales, organizaciones como Cruz Roja o congregaciones religiosas.

Llegaron deshidratados, con dolores musculares e infecciones de piel en pies, ingles o axilas por las rozaduras. Entre cartones y plásticos desgastados que hacían las veces de colchones, pasaron la noche, donde recobraron fuerzas para continuar su caravana hacia EEUU, mientras otros cientos de personas les siguen los pasos.

Ayer decidieron tomarse un día de descanso –el primero desde que la caravana partiera el 13 de octubre de San Pedro Sula– y permanecer en Huixtla para recuperarse de su caminata de más de 35 kilómetros de la víspera, antes de reanudar la marcha hacia Arriaga, donde deberán subirse a la Bestia, y guardar así un día de luto por el joven hondureño fallecido –dos ya, según Tegucigalpa–, al caer del camión que le transportaba.

La caravana reanudará hoy su marcha hacia Mapastepec, a casi 70 kilómetros de Huixtla.

Pese a advertencias sobre mensajes que alientan al odio hacia los migrantes, la mayoría de participantes en lo que ya se califica como éxodo sin precedentes, dan las gracias a los mexicanos. Con gestos como los recibidos, esta caravana que anhe- la el sueño americano recobra la ilusión en la peligrosa travesía, aunque se empieza a notar el cansancio, mientras crece la tensión entre México y EEUU.

Según el refugio para migrantes del municipio de Suchiate, fronterizo con Guatemala, 7.125 personas entraron en México el pasado fin de semana. Entre ellos, unas 1.500 mujeres, 1.500 niñas y 900 niños.

Segunda caravana

Un segundo grupo de unos 2.500 migrantes, la mayoría hondureños, partió del sur de Guatemala para unirse a sus compatriotas que ya avanzan por México, según el diario guatemalteco "Prensa Libre".

Entre quienes participan en esta segunda caravana hay algunos de la caravana inicial que trataron de entrar en México sin éxito la semana pasada y fueron deportados. El objetivo era llegar a México por la ciudad de Petén, en el norte de Guatemala, a diferencia del primer grupo que lo hizo por el sur.

Policía Nacional Civil, Ejército y personal de Migración instalaron un retén para intentar dialogar con los participantes en la caravana y detener a quienes no llevaran documentos que les permitieran estar en territorio guatemalteco, pero no consiguieron frenar su avance.