Beñat ZALDUA

LA DESIGUALDAD NO ENCUENTRA FRENO EN LAS CIUDADES VASCAS

En 2001, un vecino de Abando cobraba de media 13.391 euros más que un vecino de Iturrigorri-Peñascal. En 2016, esa diferencia ha crecido exponencialmente hasta los 24.604 euros. Las desigualdades crecen también en Euskal Herria, en especial en las ciudades.

Euskal Herria no es ajena al crecimiento global de la desigualdad, e igual que vimos ayer con el caso de EEUU, esa desigualdad tiene unas características geográficas muy marcadas. Aunque en términos absolutos no se puede decir que los pobres, en general, son cada vez más pobres, sí lo son en términos relativos, pues el cacho de pastel que les toca es cada vez menor. La brecha entre pobres y ricos es cada vez mayor, lo cual tiene un reflejo geográfico: la diferencia entre pueblos y barrios ricos y pobres es cada vez más grande.

Para comprobarlo hemos recurrido a los diferentes datos disponibles acerca de las rentas en los diferentes territorios de Euskal Herria. La compartimentación administrativa convierte la tarea en un esfuerzo titánico e inevitablemente limitado. Para hablar con propiedad y profundidad de la desigualdad sería necesario contemplar la evolución de más indicadores al margen del de las rentas declaradas –como vimos ayer que hacen diversos estudios en EEUU–, pero puede servir como boceto para una radiografía futura de la evolución de la desigualdad en Euskal Herria a lo largo de los últimos 15 años. Esto no es un trabajo académico; pero es un trabajo que quien esto escribe no ha encontrado en la academia. Cabe destacar el esfuerzo realizado por Gaindegia en el proyecto “Auzoak”, en el que se ofrecen diferentes indicadores sobre la salud de los barrios de las capitales vascas, pero no hay datos disponibles para analizar la evolución de dichos datos a lo largo del tiempo.

CAV: preocupación con algún matiz

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa los datos de referencia empleados son los ofrecidos por Eustat sobre la renta personal. La fotografía debería preocupar bastante. En 2001 los cinco municipios con la renta media más alta superaban en 10.407 euros anuales la renta media de los cinco municipios más pobres. 15 años después, en 2016 esa diferencia fue de 15.664 euros al año. Cabe destacar, sin embargo, que la tendencia se invierte ligeramente en el último lustro, ya que en 2011 la diferencia fue de 18.398.

Pero el boceto que realmente debería preocupar es el que dejan las disparidades crecientes dentro de las propias ciudades. Aunque poder comparar los datos segmentados por código postal, como en EEUU, es todavía una quimera, Eustat ofrece la información sobre la renta personal de las tres capitales de la CAV dividida por barrios. El resultado de una comparación entre los barrios más favorecidos y los más empobrecidos a lo largo de los últimos tres lustros es elocuente. En Bilbo, la renta personal media de los vecinos de Abando ha crecido un 69,82% entre 2001 y 2016, mientras que en Iturrigorri-Peñascal ha aumentado un 44,05%. La diferencia de la renta media entre ambos barrios era de 13.391 euros en 2001. 15 años después la diferencia es de 24.604 euros.

Cifras parecidas a las que encontramos en Donostia y Gasteiz. En la capital guipuzcoana, la renta personal media en Miramon-Zorroaga en 2006 era 13.605 euros más alta que en Altza. Una década después, la diferencia era de 24.275. La renta subió en Miramon-Zorroaga a más del doble de velocidad que en Altza (un 49,5% de aumento frente a un 21,6%). En Gasteiz los extremos se encuentran entre Mendizorrotza y Zaramaga. En este último barrio cabe destacar que el aumento de la renta personal ha sido de un 33,4% en los últimos 15 años, cuatro puntos por debajo del aumento del IPC en el mismo periodo (37,2%). El empobrecimiento en este barrio resulta, por tanto, indiscutible.

No es mejor en el norte del país

Lograr los datos de la Mancomunidad Vasca es toda una odisea. El Institut National de la Statistique et des Études Économiques (INSEE) ofrece datos al detalle sobre numerosos indicadores, pero siguiendo la insigne tradición jacobina, cuesta dios y ayuda agrupar los datos relativos a la Mancomunidad Vasca. Es necesario descargar la información de todas las comunas y seleccionar luego, una a una, las 158 que forman parte de Ipar Euskal Herria. Y hacerlo cuatro veces, una para cada año analizado. Los datos que aquí se ofrecen son los de los ingresos declarados por cada unidad de consumo, por lo que no son comparables con los ofrecidos para la CAV o para Nafarroa. El objetivo no es tanto comparar territorios como observar la evolución dentro de cada uno de ellos.

En este sentido, los gráficos para Ipar Euskal Herria hablan también por sí solos. La comparación entre los municipios de mayor renta y los de menor refleja una evolución bastante pareja, ya que la diferencia entre unos y otros en 2001 era de 9.657 euros, mientras que en 2016 fue de 10.830.

Las diferencias crecen, sin embargo, cuando se entra al detalle de los grandes núcleos urbanos. El INSEE ofrece los datos de las grandes ciudades por deciles, lo que permite comparar la evolución del 10% más rico con la del 10% más pobre. La evolución en Baiona, Angelu y Biarritz es terrible. Las cifras más escandalosas se dan en esta última localidad costera, en la que los ingresos declarados en el decil inferior se situaban en 2001 en 5.621 euros. Tres lustros después la cifra apenas había subido a 7.936 euros. En el decil superior, el punto de partida era de 33.896 euros de ingresos declarados; cifra que pasó a 52.466 euros en 2016. Un incremento del 54,8%. El aumento de la desigualdad se expresa de manera más cruda si decimos que la diferencia entre los extremos, que en 2001 era ya de unos espectaculares 28.275 euros, en 2016 pasó a ser de 44.530 euros. Aunque no tan exagerada, la tendencia es similar en Baiona y Angelu, tal y como se ve en los gráficos. De hecho, con todos los matices a los que este pequeño esfuerzo no puede llegar, es la tendencia que se intuye en las cuatro capitales analizadas.

Nafarroa, una excepción con reservas

Obtener las cifras es todavía más difícil en Nafarroa, donde el Insituto de Estadística no publica resultados por barrios. Es la Hacienda navarra la que ofrece los datos de las declaraciones de IRPF de 2008 a 2016 por municipios, lo que arroja unos resultados a contracorriente de los vistos en la CAV y en la Mancomunidad, ya que la diferencia entre los municipios de mayores rentas y los de menores ingresos declarados se ha reducido notablemente. Este indicador tan positivo, sin embargo, hay que tomarlo con varias reservas. Por un lado, no muestra la realidad de los núcleos urbanos –como se ve en el resto de Euskal Herria, las desigualdades son mayores dentro de las grandes ciudades que entre municipios– y, por otro, al tratarse de los datos de un herrialde de poca población la fluctuación de un año a otro puede variar muchísimo. Cuando más amplia es la muestra, más fiables son siempre los resultados.B.Z.