11 FéV. 2019 Derbi en Anoeta El fútbol ganó el derbi Un derbi sin perdedores: rescató un punto la Real tras haberse visto dos goles por debajo; salvó un punto el Athletic ante un equipo que acabó siendo mejor; y ganó el fútbol con un gran partido en el césped y en la grada. Amaia U. LASAGABASTER REAL 2 ATHLETIC 2 El derbi se saldó sin perdedores. Sí, también sin ganadores. Pero si los resultados deben interpretarse siempre en función de múltiples circunstancias, qué decir cuando se trata de un empate. Y si se toman en cuenta todas las que coincidieron ayer en Anoeta, la valoración es, o debería ser, clara: los más de 22.000 aficionados que se volvieron a dar cita en Anoeta y el buen partido que les ofrecieron dos equipos, en el que hubo fútbol, garra e intensidad, impide hablar de perdedores. Aunque la satisfacción tampoco fuera absoluta para nadie. La Real echó en falta cinco minutos más de partido para culminar su remontada y lamentó lo sucedido en el primer tiempo. Pero por encima de todo celebró su capacidad de reacción ante un rival que le tiene tomada la medida y que, en casi cualquier otro partido, podía haberle hecho mucho daño después de haberse puesto tan pronto por delante. En este sentido, la diferencia con lo sucedido la temporada pasada en el mismo escenario es abismal, no sólo en el marcador, y confirma lo que vienen reivindicando las donostiarras: este es un equipo joven pero aprende y madura a pasos agigantados. Y por eso mismo, es probable que el Athletic se tirara de los pelos por haber desperdiciado una renta de dos goles al descanso, pero sobre todo se felicitó por haber podido conservar un punto ante un rival que pocas veces le había puesto las cosas tan difíciles como ayer y ante el que acabó pidiendo la hora. El empate, además, permite a las rojiblancas seguir aspirando a las pocas satisfacciones que puede encontrar ya este curso: protegen la quinta plaza frente al empuje de la Real, prolongan sus buenas estadísticas en los derbis y mantienen las distancias con los equipos que le preceden, sobre todo con un Betis del que sólo le separa un punto y al que recibirá el jueves en Lezama. Con objetivos mucho más tangibles y atractivos, debería salir aún más reforzada la Real, que se vio capaz de contestar, y casi superar, a uno de sus «cocos», en vísperas de visitar al Levante y, sobre todo, disputar la semifinal de Copa con el Sevilla, el próximo domingo en Anoeta. Un escenario en el que, ahora sí, se sienten muy cómodas. Aunque ayer pareciera durante un buen rato que el Athletic les iba a condenar a la misma pesadilla del año pasado. Porque Lucía García sólo necesitó tres minutos para prolongar la racha goleadora hace nueve meses en Zubieta –seis goles en sus cuatro últimos derbis–: Erika botó un córner, Mariasun Quiñones despejó y la asturiana voleó desde la frontal ajustado al palo. La Real intentó sobreponerse pero sólo en una falta que Mendoza colgó con maestría, Maddi cabeceó con fuerza y colocación y Ainhoa despejó con un paradón, inquietó a su rival, que siempre hacía más daño en sus llegadas al área. Gonzalo Arconada optó por reorganizar sus fichas. Renunció a la defensa de tres centrales que tan buenos resultados le había dado en otros partidos, colocando a Soldevila en el lateral zurdo enviando a Cardona arriba por la derecha con Eizagirre en la banda opuesta y con Nahikari y Palacios en punta. Funcionó hasta cierto punto porque su equipo acabó por hacerse con el balón pero no con las ocasiones. Las llegadas al área local perdieron frecuencia pero no peligro. Y aunque Lucía, que pese al gol no tuvo su mejor día, desperdició un par de ocasiones –sobre todo una contra clarísima que estrelló en el lateral de la portería tras superar a Quiñones–, el gol acabó llegando: robo y contragolpe de Moraza y definición de Erika para colocar el 0-2 a sólo dos minutos del descanso. Pintaba imposible para las donostiarras pero la fortuna les sonrió nada más volver de vestuarios. No se había cumplido el minuto de la reanudación cuando Eizagirre cabalgaba por la izquierda y metía un centro-chut que se colaba junto al larguero de Ainhoa. Era lo que necesitaba su equipo, que se vino definitivamente arriba. De nuevo, con todo, le costó plasmar su dominio del balón y del juego en ocasiones claras. Al menos no muchas más de las que todavía, aunque cada vez más esporádicamente, fabricaban las vizcainas. Incluso cuando Arconada ya había metido oxígeno en ataque pudo matar el partido Lucía en otro contragolpe clarísimo. Pero fue el canto del cisne rojiblanco. En la jugada inmediatamente posterior, Manu Lareo centró desde la derecha para que Carla Bautista firmara el 2-2 en el segundo palo. De ahí al final, la Real no dejó de achuchar y el Athletic de sufrir pero el marcador ya no se movió más. De la reacción local al miedo a perder de las rojiblancas El técnico de la Real, Gonzalo Arconada, se felicitó por el punto pero sobre todo porque llegó tras remontar un 0-2 adverso al Athletic, que «no es nada fácil». El técnico txuriurdin lamentó que su equipo empezara «otra vez» pero subrayó «la reacción del equipo, que ha sabido sobreponerse y no bajar los brazos pese a ponerse 0-2». Y no fue sólo una cuestión de actitud, sus jugadoras lo hicieron de forma «solvente y dando momentos de calidad en el juego». Destacó, además, el crecimiento de su equipo, «el más joven de la categoría» y, evidentemente, se mostró feliz por la respuesta de la afición y por la que a su vez le habían dado los dos equipos con «un partido entretenido», como lo es «el fútbol femenino». Joseba Agirre, por su parte, lamentó haber dejado «escapar la oportunidad de llevarnos los tres puntos». Consideraba que, por un lado, a su equipo le había faltado «eficacia» para aprovechar alguna más de las ocasiones que había dispuesto. Y también que, con el primer gol de la Real y, sobre todo con el del empate, al Athletic le entró «el miedo de no perder el partido». Coincidió con Arconada en reconocerse encantado con que se abran las puertas de estadios como Anoeta «para poder intentar atraer a la gente». Entre las jugadoras, Nahikari destacó que «hemos entrado muy mal pero hemos sabido reaccionar» y Ainhoa admitió que «hemos tenido ocasiones pero no hemos bien en el juego».A.U.L. AFICIÓN Pese a la lluvia, que dejó las localidades más cercanas al césped casi vacías, Anoeta volvió a registrar una gran entrada. 21.234 espectadores, apenas 300 menos que la temporada pasada, se dieron cita en el campo donostiarra.