GARA Euskal Herriko egunkaria
AZKEN PUNTUA

Agujero negro


Hay que ver qué voluntad tienen los viejos tiempos de no hacerse viejos y con qué pasmosa naturalidad asumimos todos sus vicios. Será cosa de averiguar qué extrañó fenómeno nos hace tan sensibles y empáticos a lo de allá lejos y nos vuelve tan predispuestos al despiste con lo que nos sacude aquí al lado, pero si lo que Garzón ha hecho con GARA lo hubiera hecho Maduro con cualquier panfleto de la oposición, estaríamos oyendo encendidas soflamas sobre democracia y libertad de prensa a izquierda y derecha. O a izquierdas y derechas. Igual tiene que ver con la latitud y la longitud, porque está bastante claro que lo que ocurre dentro de las coordenadas geográficas de Euskal Herria, desaparece en el agujero negro de la inhibición y el desentendimiento.

Es verdad que, esta vez, no cierran un medio de comunicación; solo lo empujan a cerrar. Puede seguir publicando sus cositas, solo tiene que hacerlo mientras lo asfixian. Pero tampoco habría sido ningún escándalo: contamos con un extenso historias de medios cerrados y la triste experiencia de que ni el eco de la indignación –cuando la hubo– duró mucho, ni llegó muy alto. Se ve que las buenas gentes de las buenas izquierdas gozan de tanta y tanta democracia, que bien se pueden permitir unos cuantos mordiscos en derechos y unos cuantos recortes en libertades.