Curro VELAZQUEZ GAZTELU
BARAKALDO
Entrevue
TOMASA GUERRERO «LA MACANITA»
CANTAORA

«En el flamenco, el compás lo tienes o no lo tienes, no es algo que se aprenda»

La Macanita (Jerez, 1969), es la cantaora más brillante de su generación. Lleva en su voz el barrio santiaguero de su Jerez natal, y eso se nota en cada tercio, en cómo mece el cante, en ese eco imperecedero. Gitana por los cuatro costados, lleva el compás en las venas y reivindica las fórmulas ortodoxas, sin dejar de ser por ello una mujer de su tiempo, preocupada por lo que le rodea y por preservar el cante en su estado puro.

Mañana viernes en Barakaldo y el sábado en Gasteiz, la de la ciudad del vino y los caballos nos ofrecerá un repertorio cargado de simbolismo acerca de su manera de entender el cante gitano bajoandaluz. Junto con Manuel Valencia, una de las guitarras que siempre le acompaña y que tan bien le sabe llevar, y con las palmas de Chicharito y el Macano, la cena está servida. Disfrutaremos de la Macanita en uno de los momentos más álgido de su carrera.

Usted, que ha conocido a generaciones anteriores de mujeres flamencas de su Jerez natal como Juana la del Pipa o La Paquera, así como a las nuevas generaciones que están pisando fuerte, como María Terremoto, Lela Soto o Felipa del Moreno, ¿qué diferencia ve entre las mujeres cantaoras de una época y otra?

Ahora la técnica prima más que antiguamente, hay más evolución. Ahora hay más capacidad de tener diversos referentes musicales. Antes era sota, caballo y rey. Antes la mujer tenía más dificultad, en algunos de los casos, de poder ser artista por la presión social y familiar. Eso hoy en día es inconcebible.

Vemos cómo el baile está evolucionando a pasos agigantados, al igual que pasa con la guitarra. ¿Cree que pasa lo mismo con el cante?

Es que realmente no sé si en el caso del baile ha habido una evolución para mejor. Ahora la técnica parece que es lo único que prima. Hay que reconocer que hay un sector de público más amplio y ello demanda otro tipo de fórmulas, pero no a todo le podemos llamar flamenco, por muy vanguardista que sea. No comparto que se llame flamenco a algo que en el fondo solo tiene una parte de flamenco o no tiene ninguna.

Hoy en día hay ciertas mujeres en el flamenco que reivindican el papel de ellas en este mundo. ¿No es así?

Me parece estupendo. Mujeres al poder. Hoy en día hay más mujeres cantaoras que antes, sobre todo porque hace un tiempo atrás no estaba bien visto por los hombres de la familia que su hija, mujer o hermana se dedicara al artisteo, yéndose por el mundo de tourné sola. Y no es que el flamenco sea más o menos machista que la sociedad, como en otros casos, el flamenco es un reflejo de lo que esta pasando en la sociedad en un momento concreto.

¿Qué cambiaría del flamenco?

Pues hay muchas cosas que hoy en día se venden como flamenco y que realmente no lo son, hay cierta parte del público que lo ve como un fenómeno. Que no nos vendan algo que no es. Cambiaría muchas cosas pero para eso tendríamos que hablar largo y tendido. Y por eso no soy más o menos antigua, pero donde va un cante por derecho, que no se ponga nada. Antes, en la época oscura de nuestra historia, las bailaoras iban muy por delante a su época, eran las únicas que, sorteando la censura, enseñaban cuando bailaban sus piernas, sus muslos, sus brazos... algo que siempre fue normal y cotidiano dentro del flamenco pero que en esa época fue toda una revolución.

¿Cómo ha ido evolucionando el cante de la Macanita?

Pues yo he evolucionado con los tiempos, siempre bebiendo de las fuentes y yendo a la raíz del flamenco. Voy cumpliendo años encima del escenario y eso va en paralelo a cómo voy evolucionando como cantaora. Y a nivel vocal me conozco mejor. A fin y a cuentas, vas madurando. Una evolución para mejor.

¿Cuáles han sido sus cantaoras referentes?

Sin duda La Paquera de Jerez, La Perla de Cádiz, La Niña La Puebla, Fernanda y Bernarda de Utrera.

¿Y qué guitarras entienden mejor al cante de la Macanita?

Yo me he llevado muy bien y han sabido llevar mi cante guitarras como Manuel Parrilla, Antonio Higuero, Moraíto Chico y su hijo Diego del Morao, o Manuel Valencia, que vendrá conmigo a la Gira del Norte.

¿Qué es para usted el compás en el flamenco?

Uf, el compás es algo indispensable, o lo tienes o no lo tienes. Es algo que no se aprende, es algo que se lleva de serie. En Jerez, de donde yo vengo, la Bulería es algo importante y sin el compás no vamos a ningún lado. El sentido del compás es muy difícil. Y si no se saben encajar las piezas bien en el compás, entonces estamos perdidos.

¿Qué nos vamos a encontrar en sus recitales de Barakaldo y Gasteiz?

Pues haremos cantes de mi tierra: Soleá, Bulerías, Seguiriyas, algún Fandango con la guitarra del gran Manuel Valencia y las palmas de Chicharito y las de mi sobrino El Macano. El Barrio de Santiago en estado puro.