El presidente ruso, Vladimir Putin, respondió al eventual despliegue por parte de EEUU de nuevos sistemas de misiles en Europa afirmando que «esto empeorará gravemente la situación y creará amenazas graves para Rusia».

En su discurso ante el Parlamento sobre el estado de la nación, señaló que algunos misiles podían alcanzar Moscú en 10 o 12 minutos. «Voy a decirlo clara y abiertamente: Rusia estará obligada a desplegar armamentos que podrán ser utilizados no solo contra los territorios de donde viene la amenaza directa, sino también contra los territorios donde se encuentran los centros de decisión del uso de misiles que nos amenazan», añadió, en referencia a EEUU.

Esta advertencia tiene lugar después de que Washington abandonara el tratado nuclear sobre misiles de alcance intermedio (INF), cerrado en 1987 con la entonces URSS. Como respuesta, Moscú hizo lo mismo.

En su alocución, Putin acusó a EEUU de utilizar «acusaciones imaginarias respecto a Rusia para motivar su salida unilateral del acuerdo», y estimó que Washington tendría que «haber dicho las cosas honestamente». En la retirada de EEUU no solo pesan los misiles rusos, sino los nuevas armas y los nuevos actores que las poseen, como China, que no están incluidas en el tratado INF.

«Estamos dispuestos a llevar a cabo negociaciones sobre el desarme pero no vamos a golpear una puerta cerrada», y exhortó a Washington al diálogo, pero «sobre una base de igualdad».

Familias y ayudas sociales

Pero las cuestiones de defensa y detalles sobre nuevas armas ocuparon poco tiempo del discurso de este año, en el que Putin se concentró en las cuestiones económicas y sociales, especialmente en las familias, el sistema de sanidad y la educación, consciente de las actuales preocupaciones de los rusos y de que la reforma de las pensiones y el alza del IVA han socavado su índice de popularidad, menos de un año después de haber sido reelegido por un número de votos abrumador.

«No se tiene que esperar y la situación debe mejorar desde ahora. (...) Desde este año, (los rusos) tienen que notar una mejora», insistió el presidente.

«Más niños, menos impuestos», resumió sus promesas, entre ellas, las ayudas para las familias numerosas, sobre todo a partir del tercer hijo.

Aunque Rusia salió de la recesión de 2015-2016, el poder adquisitivo sigue bajando y los ingresos de la población se mantienen muy bajos. «La pobreza aplasta literalmente a la gente (...) 19 millones de personas viven hoy por debajo del umbral de la pobreza. Es demasiado», abundó Putin, que propuso crear un «contrato social» para apoyar a la población desfavorecida. «Dentro de cinco años, unos nueve millones de personas podrán beneficiarse de esta ayuda», precisó.