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Entrevue
IÑAKI RUIZ DE PINEDO
CABEZA DE LISTA DE EH BILDU POR ARABA

«Uniendo el voto echamos a Maroto y se agudiza la crisis del régimen alavés»

Iñaki Ruiz de Pinedo (Gasteiz, 1954) fue de los parlamentarios que los «berrozis» sacaron en 1981 a la fuerza de la Casa de Juntas de Gernika por cantar el ‘‘Eusko Gudariak’’ ante Juan Carlos de Borbón. Ahora vuelve para enfrentase cara a cara con el «trifachito».


Pese a su veteranía, en su regreso a la primera línea de la política a Iñaki Ruiz de Pinedo se le iluminan por momentos los ojos durante la entrevista y la boca le dibuja una sonrisa pícara de niño travieso. Muestra estar sinceramente ilusionado (o es un enorme actor) con esta nueva batalla política, que libra además directamente contra Javier Maroto, candidato del PP y expulsado ya en su día de la Alcaldía de Gasteiz gracias a EH Bildu.

¿Por qué ha vuelto a ponerse ante los focos de la política?

Yo no me lo esperaba hace un mes. Me vino la invitación, lo pensé y acepté. Fue el 8 de Marzo, la cita la tuve en la misma Virgen Blanca, estaba la plaza llena de chicas, mujeres... la verdad es que estaba emocionado en esos momentos. Acudí a la cita pensando que era para ir en una lista de apoyo, cuando me encontré con que era la invitación para ir de cabeza de lista. Me dieron un tiempo para pensarlo, pero junto a mi compañera vimos que si había habido una invitación desde el proceso de propuesta de candidatos, si otros pensaban que yo podía aportar, y ante esta situación política que se abre, tanto de amenazas como de oportunidades, no tenía fuerza moral para decir que no.

¿Cuáles son esas amenazas y esas oportunidades?

Está claro que hay una amenaza de involución tanto en el Estado como en el ámbito europeo y mundial. No son momentos fáciles con el ascenso de las derechas. La extrema derecha está incidiendo en la agenda política. En lo referido a las oportunidades, tenemos una nueva generación que viene con sus reivindicaciones, que ve lo que les puede venir encima. Tenemos la apuesta política de EH Bildu por la coordinación de fuerzas políticas soberanistas y de izquierdas en el Estado que va a colocarnos en otra situación de incidencia totalmente diferentes. Viene un ciclo electoral que sigue con las municipales y forales de mayo, que van a ser una fase de avance decisiva de EH Bildu en Euskal Herria. Esa confrontación que se aproxima nos pilla a la izquierda abertzale y a las izquierdas soberanistas de otros pueblos del Estado con una situación de fuerza. Es ilusionante.

Ha dicho que cuando tuvo esa cita para ofrecerle el puesto fue en la plaza de la Virgen Blanca llena de feministas, y este domingo se llenó con miles y miles de euskaltzales con el final de Korrika. ¿Hay ahora una Gasteiz distinta a la de hace unas décadas?

Sí, muy muy diferente. La Vitoria de hace 30 años estaba dominada por el régimen alavés en todas sus estructuras, no solo las de los partidos, sino las empresariales, las del mundo de la cultura y la información. Quitando algún destello electoral en algún momento, en general la hegemonía de la derecha y el estatalismo era apabullante. Hoy podemos decir que ese régimen está vivo, sigue teniendo fuerza, pero está en crisis. Mantiene una cierta cuota de poder mayor que en otros puntos de Euskal Herria, podríamos decir que de un modo bastante semejante al de Navarra, pero está en crisis. Y estamos en un momento en el que podemos agudizar esa crisis. De ahí la apuesta por impedir que salga el PP.

¿Por qué votar a EH Bildu si puede tener representación o no tenerla?

Ya hemos demostrado que votar a EH Bildu sirve para romper la hegemonía política del PP en Álava. Evitó que esté en las estructuras de la Alcaldía y de la Diputación. Ya ha habido una muestra de lo que hacemos. De cara a estas elecciones al Congreso, tenemos muchas probabilidades de quitarle al PP el diputado que conserva todavía. Según los sondeos estamos a pocos votos de arrebatarle ese diputado al PP. EH Bildu puede convertirse en el instrumento idóneo para conjugar todas esas fuerzas de cambio social que ha habido en Álava, para que uniendo el voto, sirvan para quitar ese parlamentario al PP.

Hay otros partidos que pueden plantear lo mismo.

En estos momentos tanto Podemos como el PNV ya tienen garantizado su parlamentario. Lo que hace falta ahora es que EH Bildu agrupe los miles de votos que se necesitan para conseguir el acontecimiento histórico de que la derecha del régimen en Álava se quede sin escaño.

¿Hasta qué punto sería catártico volver a echar a Maroto?

Sería la consolidación del proceso abierto desde la municipales. El PP tiene todavía su bastión de fuerza dentro de la CAV en Álava. Maroto es la figura que representa la estrategia del aparato del PP. No sería solamente un parlamentario menos del PP en Madrid, que puede ser importante en estos momentos, sino que sería marcar con un elemento gráfico la tendencia que está teniendo el PP.

Pablo Casado dijo que EH Bildu es el enemigo a batir, pero Ciudadanos y Vox están diciendo lo mismo. No parece que les aprecien mucho...

Es que los tres coinciden en señalarnos porque los tres coinciden fundamentalmente en su discurso.

El presidente del PP aseguró en su mitin-cena de Gasteiz que no ha habido abusos policiales y lo dijo en la ciudad del 3 de Marzo y del torturado Unai Romano. ¿Qué le respondería?

Están intentando ocultar la verdad y probablemente él piensa que no es un abuso, sino que las fuerzas de ocupación tienen que comportarse así. Y que está justificada esa actuación frente a un pueblo que reclama su soberanía y la autodeterminación, que reclama justicia social. Que están justificadas esas actuaciones del poder autoritario frente a la reclamación de un cambio. Como lo justifican en Catalunya.

El resto de candidatos con los que compite, como Celaá, Maroto y López Uralde, viven en Madrid o, como Legarda, pasan allí buena parte de su vida. ¿Estar asentado en Araba ayuda a conocer los verdaderos problemas del territorio?

Toda la candidatura somos mujeres y hombres que conocemos la calle y las diferentes realidades. Esto nos permite conocer no solamente la imagen de Vitoria y de Álava, sino también su realidad. Este es el territorio de la CAV en el que la pobreza ha crecido. Mientras en Bizkaia y Gipuzkoa desde 2012 la pobreza extrema no crece o desciende ligeramente, en Araba, en Laudio, en Vitoria, está creciendo. Tenemos un 10% de la población que está viviendo en la pobreza más absoluta. Los perfiles de ausencia de bienestar, esas familias para las que si se te romper el frigorífico o tienes que ir al dentista son bienes inalcanzables ya alcanza el 30% en esta provincia que se vende de tanto éxito social, verde, etcétera. La ventaja de vivir aquí es que aunque nos vengan con historias, esto lo conocemos.

¿Es un aliciente poder formar equipo con Bel Pozueta?

Por supuesto. Haberla conocido directamente ha sido una auténtica experiencia. Tiene una enorme capacidad de análisis político, proyección política, ese saber estar. Ella es así. Ya solo por haberla conocido en esta campaña, tanto a ella como a otros compañeros, ha sido gratificante haber dado el paso de presentarme.

¿Este puede ser un voto contra las injusticias que se están cometiendo con tanta gente?

Efectivamente. El otro día le mandé a Bel un bando que se publicó en Vitoria el 20 de julio de 1936 en el que en su punto segundo venía a decir que “cualquier ataque, a las personas del Movimiento, con uniforme o sin él, de palabra u obra, aunque estén sin el uniforme, será castigado con las máximas penas’’. Es decir, el estado de excepción puro que se aplicó en el 36 se ha aplicado en Altsasu. Es una muestra de que el riesgo de involución del que hablábamos al principio y que el Estado está dispuesto a aplicar contra su periferia y contra los sectores que luchamos por un cambio está ahí. Porque no tienen otro argumento. De ahí la importancia de multiplicar nuestras fuerzas y ser determinantes.