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nueva york

Veto «multilateral» a la lucha contra la violencia sexual en las guerras

Los premios Nobel de la Paz 2018, el congoleño Denis Wukwege y la yazidí Nadia Murad, imploraron a la ONU justicia para las víctimas de violencias sexuales en los conflictos armados. EEUU, Rusia y China lograron, con amenazas de veto y resistencias, amputar una resolución auspiciada por Alemania y avalada por otros países europeos.

Bajo la amenaza de veto, EEUU obligó a eliminar de una resolución de la ONU sobre violencia sexual en conflictos toda referencia a la necesidad de dar a las víctimas acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.

La Administración de Donald Trump, que sobre todo de la mano del vicepresidente, Mike Pence, ha convertido la lucha contra el aborto en una de sus prioridades –también en el ámbito exterior–, forzó que el resto de países aceptasen eliminar esa parte del texto para permitir así su adopción.

El borrador presentado por Alemania reconocía la «importancia de dar asistencia a tiempo a las supervivientes de violencia sexual» y urgía a las entidades de la ONU y a los donantes a facilitar «servicios sanitarios no discriminatorios y amplios, incluyendo salud sexual y reproductiva, apoyo sicosocial, legal y de sustento».

Pero no fue EEUU el único responsable del bloqueo. La creación de un «mecanismo» para facilitar la persecución legal de los perpetradores de violencias sexuales fue rechazada no solo por Washington, sino también por Moscú y Pekín.

Junto con la amenaza de veto de EEUU, China y Rusia advirtieron de que podrían presentar un texto alternativo al planteado por Alemania para entorpecer su votación.

Pekín y Moscú afirmaron que quieren combatir las violencias sexuales en los conflictos, pero denunciaron «interpretaciones laxas» en el texto alemán y «manipulaciones» para crear nuevas estructuras y «sobrepasar» mandatos existentes.

Junto a las críticas de países europeos al bloqueo de las grandes potencias, los premios Nobel de la Paz de 2018 reclamaron sin éxito progresos sustanciales en materia de justicia y de protección de las supervivientes.

«Nadie ha sido llevado al banquillo de los acusados por esclavitud sexual», denunció la yazidí Nadia Murad en nombre de las víctimas del Estado Islámico.

«¿A qué espera la comunidad internacional para hacer justicia a las víctimas?», inquirió el congoleño Denis Mukwege, quien exigió tribunales nacionales e internacionales para juzgar a los culpables de violencias sexuales en los conflictos.

Abogada de Murad y de otras víctimas yazidíes, Amal Clooney deploró la debilidad de la respuesta internacional y acusó a EEUU y a Rusia de oponerse a una justicia internacional contra estos crímenes. «Sierra Leona, Camboya, Rwanda, Bosnia, Nuremberg... estos dossieres tuvieron sus tribunales especiales internacionales», dijo.

La abogada recordó los procesos contra el nazismo tras la Segunda Guerra Mundial e insistió a las potencias en que este es su momento de Nuremberg (...) Es su oportunidad para estar en el lado correcto de la Historia. Se lo deben a Nadia y a las miles de mujeres y niñas que ven a miembros del ISIS afeitarse sus barbas y volver a una vida normal, mientras ellas, las víctimas, nunca podrán hacerlo».

Mujeres e hijos mueren en Yemen por no ser atendidos a tiempo

Más de cuatro años de guerra en Yemen han convertido la salud de mujeres y niños en una de las principales víctimas ya que muchas muertes se producen por la imposibilidad de recibir atención médica a tiempo, debido la falta de centros de salud, a las dificultades para llegar hasta los que aún funcionan y a la falta de recursos para pagar alternativas, denuncia Médicos Sin Fronteras. Entre 2016 y 2018, han muerto 36 madres y 1.546 niños, 1.018 de ellos recién nacidos, en sus hospitales. GARA