30 AVR. 2019 FÚTBOL FEMENINO Cisma aprobado por mayoría La Asamblea General de la Federación Española da el visto bueno a la puesta en marcha del nuevo modelo competitivo. Amaia U. LASAGABASTER Play-offs de ascenso en disputa, las dos plazas de Champions adjudicadas, dos docenas de equipos planificando su temporada en Primera B y apenas restan cuatro meses para el inicio del nuevo curso pero la Federación Española ha decidido revolucionar el fútbol femenino. Lo anunció su presidente Luis Rubiales hace algunas semanas y lo confirmó ayer la Asamblea General Extraordinaria de la Federación Española, que aprobó por mayoría absoluta –94 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones– un nuevo modelo de competición. Los reducidos plazos de tiempo no son el mayor obstáculo. El principal problema es su desencuentro con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino –de la que forman parte, entre otros, todos los clubes de Primera excepto Athletic y Barcelona–, que ya desde un primer momento ha mostrado su rechazo a los planes de Rubiales, así como su sorpresa por una iniciativa que no ha sido, no ya consensuada, sino ni siquiera consultada con los equipos, y que incluso ha aprobado ya la venta de los derechos de retransmisión para las tres próximas campañas. Un histo histórico, ahora tan en el aire como el futuro inmediato de la competición –o competiciones– y que posiblemente tiene mucho que ver con la decisión tomada por la Española. Ni siquiera ahí acaban los inconvenientes de la implantación de un modelo competitivo que, a cuatro meses de su hipotética puesta en marcha, ni siquiera especifica cuántos equipos participarán en cada una de las categorías y menos aún su identidad. A la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos, la Española asegura que su objetivo es la consolidación del fútbol femenino a través de un modelo competitivo «sostenible», que «fomente la base», avance «en la profesionalización», proteja «al fútbol más modesto» y fije «unas condiciones para todas las futbolistas participantes», algo para lo que «ayudará a los clubes que apuesten por el fútbol femenino». La competición será de ámbito estatal, tendrá adscripción voluntaria y será la única que dé acceso a las competiciones internacionales de UEFA y FIFA. Habrá dos divisiones: la Primera, de entre 8 y 16 equipos, disputará Liga, Copa y Supercopa; y la Segunda, de entre 8 y 32 equipos, se dividirá en dos grupos geográficos y se disputará en dos fases. Si el número de solicitantes excede las plazas, se priorizará según la clasificación obtenida esta temporada en Primera; y si aún así quedan vacantes, por el orden de clasificación de Segunda. Para participar, será necesario obtener la licencia RFEF y formalizar el contrato, disponer de entre 18 y 22 jugadoras y tener una infraestructura administrativa, deportiva y equipamientos mínimos suficientes.