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DE REOJO

Internacional


Sigue emocionándome escuchar la Internacional. Ya no sabe casi nadie su significado, pero en estos tiempos en los que el primero de mayo se convocan procesiones y no manifestaciones, cuando se suplica que se cumpla el convenio y los empresarios y banqueros muestran sus preferencias para formar gobierno que suenan como órdenes, escuchar, aunque sea con instrumentos andinos, gaitas celtas o balalaikas ese himno donde se proclama la patria de los humanos no deja de parecer una manera de convertir la nostalgia militante en alerta.

Venezuela entra en fase de definición. Nunca fui maoísta, pero hoy tengo ganas de gritar ¡Viva China! Y no sé las razones. Guaidó tiene un aire a Obama en lo físico, pero es exactamente igual que Pablo Casado, muy inconsistente en sus ideas políticas, pero muy recalcitrante en sus mentiras y sus ensoñaciones. A Maduro estos días lo han montado en un avión, en huida frenada por Putin y Cuba se ha convertido en una potencia militar. Todo son alucinaciones provocadas por la droga más actual: la mentira. Los mercenarios de Blackwater están esperando la coyuntura adecuada para intervenir, pero parecen existir otras fuerzas especiales ya desplegadas. Están preparando una zona de conflicto geoestratégico que traerá mucho dolor. Pero está muy cerca del jardín y no del patio de los USA. Y tienen más prudencia. Lo de Zipi Casado empieza a ser una patología evidente. Aquí lo hemos dicho varias veces, es muy tonto. Tonto del bote. Políticamente se entiende, cree que el centro político es su bragueta, pero acusar públicamente al pistolero de Amurrio de vivir de las prebendas, chiringuitos y mamandurrias del PP de Aguirre es de idiotas. Se ha retratado a sí mismo. Por eso voy a seguir escuchando la Internacional en varios idiomas e instrumentación a todo volumen.