07 MAI 2019 KOLABORAZIOA El silencio y los abrazos del 5M Olga Saratxaga Bouzas Escritora Este pasado domingo 5 de mayo Euskal Herria (tierra de acogida, como así ha demostrado a lo largo de su historia) volvió a ser ejemplo de multiculturalidad y defensa de los derechos humanos universales. En una acción conjunta llevada a cabo en 35 pueblos y ciudades europeas, ante miles de personas dispuestas a plantarle clara al racismo y la intransigencia reaccionaria de las políticas de migración y muerte impuestas por la UE, la plaza Ezkurdi de Durango llenó de mensajes antirracistas el aire de la villa, bombardeada hace 82 años por el fascismo europeo de la época, aliado de Franco en la Guerra Civil española. La plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak y los colectivos que la componen eligieron, para celebrar esta primer abrazada en Hego Euskal Herria, una población víctima de la barbarie de la guerra. En esta iniciativa de paz y concordia entre los pueblos, representantes de sectores sociales se dieron cita en los previos a la marcha por la libre circulación de las personas frente a la criminalización de la migración y sus redes de apoyo. Valores como el feminismo, la ecología, euskara y cultura y el no a la guerra en nuestro nombre, con una clara alusión a que todas somos migrantes, fueron puentes de este encuentro entre diferentes. A las 12.00 del mediodía sus calles comenzaron a nombrar a las más de 35.000 personas muertas en las fronteras de la Unión Europea desde 1993; se convirtieron en el eco de los gritos de su muerte y dirigieron nuestras manos hasta Landako Gunea, acompañando nuestra emoción hasta el interior del recinto de la Azoka. Allí fuimos una (las muertas y las vivas) en una abrazada fraternal; sellamos el abrazo de los pueblos, las personas y sus derechos fundamentales, contra el neofascismo y sus estructuras criminales. Sin miedo, con ilusión y la entereza que otorga el principio de equidad, las caras del compromiso por la libertad, repartidas en ocho columnas de solidaridad, avanzando en silencio el asfalto del mediodía, fueron testimonio del «¡No pasarán!» sin paliativos. 5M de 2019, un gran día para el recuerdo: homenaje también para las 336 personas asesinadas por la Aviación Legionaria italiana en marzo de 1937, y especialmente emotivo el abrazo entre Sara, euskalduna palestina y una octogenaria durangarra superviviente del ataque aéreo contra población civil que arrasó la villa. En la Europa del siglo XXI no podemos permitir que la vida se compute con mayor o menor valor dependiendo del color de piel o situación económica en la que se pretenda cruzar las fronteras. Porque no todo vale, ni tiene precio la voluntad de ser libres. Somos muchas las militantes por la «dignidad sí» y para todas las personas, vengan de donde vengan, nazcan donde el destino quiso que lo hicieran… migren y lleguen aquí o allá a donde las circunstancias las dirijan… y aquí seguiremos, guías de un presente de lucha y denuncia, reivindicando reparto de riqueza e inversiones en políticas integradoras desde una perspectiva igualitaria de género, de raza, de religión o de identidad... para que, si hay un mañana, este sea el mejor sostenido por y para todas. Sí, seguiremos adelante, desalambrando el mundo y desenredando concertinas, para no olvidar que aquí cabemos todas. Especialmente emotivo el abrazo entre Sara, euskalduna palestina y una octogenaria durangarra superviviente del ataque aéreo