05 NOV. 2019 Pinturas que dibujan y desdibujan realidades La Torre Salazar de Portugalete acoge hasta el próximo 1 de diciembre una exposición retrospectiva sobre la obra de Adolfo Martín Callejo «Arri», pintor que mediante sus obras denuncia con el mismo énfasis la dura vida minera en Bélgica y la lucha antifranquista. GARA PORTUGALETE «El pintor se ve ‘obligado’ a pintar para una minoría que es la que paga; no para una mayoría. Hay que ser un luchador, correr riesgos, tener un determinado concepto del mundo, “otro” concepto, para ir por otro camino. El pintor que desea vender ha de pintar para el gusto de la burguesía, ha de traicionarse». Con esas palabras se expresaba Adolfo Martín Callejo, “Arri”, hace años al ser preguntado sobre la obligación que tienen los artistas ante la realidad que los rodea, una realidad a la que Arri nunca ha cerrado los ojos y a la que ha interpelado mediante sus obras de arte. Parte de ellas se pueden observar en la exposición retrospectiva “Arri, el pintor portugalujo” que, organizada por la asociación Oroituz, tiene por objeto «rescatar un artista, recuperar su obra y su compromiso social, y su relación con Portugalete», aseguran desde Oroituz. La exposición forma parte de una iniciativa en pro de la recuperación de la memoria histórica y esta es la tercera exposición que organizan, tras las dedicadas a Mari Dapena e Higinio Polo, «que merecieron ser reconocidos en todo su valor, tanto personal como artístico». En la exposición dedicada a Arri, que se puede visitar hasta el día 1 de diciembre en la Torre Salazar de Portugalete, se pueden observar varias pinturas, grabados y serigrafías; entre ellas, obras que fueron censuradas durante el franquismo. Adolfo Martín Callejo “Arri” (Bermeo, 1932) pasó su infancia en Portugalete y ya en 1944 expuso sus primeras obras, con ocasión del Certamen de Barakaldo. Fue tras finalizar el servicio militar obligatorio en 1953 cuando decidió mudarse a Bélgica, donde residían dos de sus hermanos, y trabajó en las minas de Valonia durante cuatro años. Su estancia coincidió con la tragedia de Marcinelle, una catástrofe minera en la que murieron 200 personas y que le dejaría impresionado y afectado. Tanto, que dedicó su primera exposición en solitario a la vida en la mina. Mediante sus pinturas, Arri trataba de reflejar «la vida dura del minero», porque, en su opinión, el arte «debe ocuparse de los aspectos humanos, el arte debe ser el mensaje». «Yo en Bélgica hacía pintura de protesta por partida doble: protesta belga y protesta española. Porque en los quince años no dejé de venir a Bilbao, a exponer, y tenía ocasión de ver lo igual de mal que seguían las cosas. Mi pintura –aseguraba Arri– denunciaba lo de allí y lo de aquí, era una pintura calificada de subversiva», por lo que, como otros tantos, sufrió la censura en varias ocasiones. Libertad y censura Por contra, en Bélgica descubriría «la libertad», una libertad «social y política» que, comparada con la dictadura que se vivía en el Estado español, le parecía «un sueño». Pudo hablar de política y leer a Karl Marx, cosas que en su ciudad natal le eran imposibles, y su manera de aportar era llevando aquello que veía al lienzo. En opinión del catedrático de Historia del Arte José María Arenaza Urrutia, quien ha escrito el texto de presentación de la exposición, las de Arri son «creaciones comprometidas, solidarias y variadas que han ido viendo la luz a lo largo de más de medio siglo en las trincheras del arte». Asegura Arenaza que no se trata de una obra edulcorada ni amable, sino que, por contra, intenta representar la cruda realidad que el artista observa: «Arri nos pone ante unas personas sobre las que se extiende un halo de cansancio, que no de abatimiento, pero que es consciente de su valor como ciudadanos. Sencillamente nos la presenta, nos la enfrenta, y que cada cual saque sus consecuencias». &discReturn; Acorde con la temática que se puede percibir en las obras de Arri, la asociación Oroituz plantea un programa de actividades que tiene como eje central la recuperación de la memoria histórica. Entre las actividades programadas para este mes destacan el ciclo de cine que se desarrollará entre los días 11 y 15 de noviembre en el centro cultural Santa Clara bajo el título de “Erresistentziak” (consta de proyecciones y coloquios) y el día 29 la galerista Sol Panera y el crítico de arte J.M. Arenaza ofrecerán la mesa redonda titulada “Arte vasco y compromiso social bajo el franquismo”. BÉLGICA Durante su estancia en Bélgica retrató la dura vida en las minas, sin dejar de pintar sobre las consecuencias del franquismo. OBJETIVO Las obras de Arri buscan remover la conciencia del espectador: lo enfrenta a la realidad, para que cada cual saque sus conclusiones.