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Pelota

El techo de Aralar se traslada al Arena para repartir la segunda txapela

Joseba Ezkurdia defiende el título del Cuatro y Medio ante Jokin Altuna, en la reedición de la final del año pasado. Los pronósticos esta vez apuntan al lado guipuzcoano, pero el de la Sakana ha aprendido a sufrir.


Cruce de caminos entre Nafarroa y Gipuzkoa, la sierra de Aralar es uno de los lugares de nuestra geografía sobre el que más mitos y leyendas se han recogido. Sin adquirir todavía ese rango, dentro de unos años, los duelos de Joseba Ezkurdia y Jokin Altuna en la jaula, dos pelotaris nacidos a ambos lados de la escarpada meseta vasca, serán también recordados con pasión. Geográficamente, Intzako dorrea, el pico más alto de la zona, podría ser el escenario perfecto para el duelo entre los dos últimos campeones del acotado, pero el no menos imponente Nafarroa Arena convertirá esta tarde en el coliseo en el que los dos mejores especialistas de la actualidad buscarán hacerse con su segunda lana de la jaula.

A Joseba Ezkurdia le toca defender txapela, hito que nadie ha alcanzado desde que Aimar Olaizola se hiciera con su séptimo y último título en 2013 en el Ogeta, mientras que el de esta tarde será la cuarta final consecutiva para el amezketarra, cota que sólo el propio goizuetarra, Juan Mártinez de Irujo y Patxi Eugi han hollado con anterioridad. El que consiga hacerse con el derbi de Aralar logrará ademas escalar al cuarto peldaño del palmarés del Cuatro y Medio, alcanzando al riojano Barberito I y colocándose ya sólo por detrás de Eugi, Irujo y Nagore, ambos con tres lanas, Retegi II, con cuatro y Olaizola II, que todavía divisa a los demás desde la cima de sus siete títulos.

Y es que, los Ezkurdia / Altuna del acotado van camino a convertirse en un clásico moderno, pues el de esta tarde en Iruñea será el octavo duelo de ambos en la distancia en apenas cuatro años, cuatro de ellas en la jaula navarra de San Fermín y el resto en el campeonato oficial, la última en la final de 2018, hace justo 12 meses. Sopela acogió el último duelo entre ambos el pasado mes de junio y, de paso, desniveló la balanza a favor del amezketarra (3-4).

Igual pero diferente

Los dos precedentes anteriores corresponden al torneo oficial del año pasado, en los que Joseba Ezkurdia impuso su excelso momento de forma para calarse su primera txapela individual.

Esta tarde, a eso de las 18 horas, los caminos de Ezkurdia y Altuna vuelven a cruzarse en el mismo sitio, pero las trayectorias dibujadas por uno y otro son, aparentemente, muy distintas. En esta edición del Cuatro y Medio, el brillo ha correspondido a Jokin Altuna, especialmente en su debut ante Peio Etxeberria y, sobre todo, en la semifinal ante un Unai Laso que había tenido contra las cuerdas a Ezkurdia unas semanas antes. Y, por contra, ha sido el campeón el que esta vez ha tenido que tomar el camino más escarbado para presentarse al pie de la cima, pero haber superado esos tramos tan complicados han dotado al de Arbizu de una confianza plena en su fuerzas que le hacen no temer a nadie en ningún lugar.

Si en ese duelo de estilos Jokin Altuna representa el talento, la genialidad, no exenta de trabajo y disciplina, la potencia del voleísta de Arbizu se ha labrado también la competitividad que hace que esos pronósticos tan claramente decantados por el guipuzcoano se antojen excesivamente abultados.

Es más, al margen de los resultados de esta edición, mucho más holgados en el caso de Altuna III, un examen más exhaustivo de las estadísticas de ambos contendientes tampoco muestran semejante abismo. Con 13,7 tantos hechos de media (con 17 de tope ante Jaka), este del acierto rematador es el único en el que los registros del guipuzcoano son netamente superiores, ya que los 13 realizados ante Oinatz Bengoetxea son el mejor registro del de la Sakana.

Más igualdad presentan en el resto de datos, ya que ambos pelotaris han cometido prácticamente el mismo número de errores (14 de Altuna III por uno más, 15, de Ezkurdia). Unai Laso fue el rival ante el que ambos más fallos cometieron 6 el de Amezketa por 5 del de Arbizu, guarismo que repitió ante Artola. Minimizar este tipo de regalos es una de las premisas básicas de ambos para esta tarde.

Otra de las claves radicará, como en cada duelo individual, qué decir de las finales, en el saque, aspecto en el que nos encontramos con un empate técnico entre ambos si sumamos los tantos directos y las pelotas que han dejado sin restar en los tres partidos de la liguilla de cuartos y el de semifinal. El vigente campeón se ha anotado 11 tantos con el primer pelotazo en lo que llevamos de campeonato, pero ha cometido tres faltas, mientras que Altuna suma 9 saques por una ola falta, con lo que el balance de ambos es de un saldo positivo de 8.

Sin embargo, los contadores se pondrán a cero en cuanto la chapa del juez determine quién debe poner la pelota en juego y la gestión de las emociones y los recursos hará el resto.

La áspera pared izquierda del todavía gran desconocido frontón del Arena también jugará su parte, tanto en los saques como en el peloteo y quien antes le tome la medida también habrá dado un paso importante. El año pasado Ezkurdia hizo daño con el dos paredes, pero el de Amezketa es de lo s que aprende rápido y seguro que ya habrá preparado su antídoto.

La batalla por el centro del coliseo iruindarra será otra de las batallas interesantes del derbi de Aralar, llevar la iniciativa, se antoja imprescindible a la hora de intuir si esa txapela, ahora mismo en Intzako dorrea, caerá a uno u otro costado.