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PRESENTACIÓN DE «ZUTIK», LA PELÍCULA SOBRE RIKARDO ARREGI

Una mirada a la corta, intensa y fructuosa vida de Rikardo Arregi

Navegando a través de sus palabras y de sus letras, la vida y obra Rikardo Arregi, uno de los pioneros más influyentes del renacimiento del euskara, ha sido llevada a la gran pantalla.


Mañana, 27 de noviembre, en Bastero Kulturgunea de Andoain, en proyección gratuita, se estrena una obra sobre una de las personas que más ha influido el devenir de Euskal Herria. El cortometraje "Zutik", dirigido por Ainara Mendiola y producida por Maluta Films, nos acerca al pensamiento y la obra de Rikardo Arregi, una persona multifacética, pionera, que murió joven, muy joven, a sus 26 años.

"Zutik", protagonizada por Mikel Arregi, sobrino de Rikardo Arregi, es un cortometraje sobre el periodista, escritor, pensador y promotor cultural que fue su tío. Sobre el ideólogo de la alfabetización, sobre el estratega de la renovación del periodismo en euskara, sobre un animal político –Gabriel Aresti llegó a definirlo como «el guerrillero del euskara»– en todo el significado de la expresión.

En la obra se abarca su trayectoria desde 1965 hasta 1969, desde la época en la que se dedicó por completo a escribir artículos y ensayos, a reunirse con otras personas referenciales de muy diversos ámbitos y a poner en marcha numerosos proyectos, hasta que murió en un accidente de coche.

“Zutik” muestra las circunstancias que fueron forjando su pensamiento, todas ellas situadas alrededor de una mesa y el ambiente que respiró en ellas: la soledad de su habitación y las noches de trabajo y escritura hasta la extenuación; la calidez de una familia, y la pasión en los debates que mantuvo con los actores sociales de todo tipo. También se muestra el arrojo, la osadía de un joven ejemplar con la que reivindicó la necesidad de cambiar las cosas en un discurso para la historia sobre el euskara, la cultura, la sociedad y la política que dio en Usurbil con motivo de un homenaje al bertsolari Udarregi. Unas palabras que escucharon asombrados autoridades y artistas de los grupos Gaur y Ez Dok Amairu y que, 50 años después de su muerte, guardan su vigencia.

Animal político nada sectario

Hoy en día nos hemos acostumbrado a ver, al menos en una gran parte del país, la enseñanza en euskara. Podemos leer artículos deportivos o científicos en nuestra lengua. Nuestros escritores son traducidos y son leídos en otras lenguas. Nada de esto pudo conocer Rikardo Arregi, pero nada de esto hubiera sido posible sin su trabajo y el de tantos otros, sin una apuesta clara por darle al euskara todo su potencial, el prestigio, la amplitud y los instrumentos para que su pasado pudiera tener un futuro, para que pudiera descubrir otros mundos y abrazar la modernidad.

Rikardo Arregi tuvo una vida muy corta, pero atendiendo a la amplia variedad de temáticas y a la excelencia de su obra, parece increíble que a sus 26 años alguien pudiera tener un pensamiento tan maduro y elaborado. Solo una persona disciplinada, apasionada e incansable en su trabajo podría haberlo hecho.

Así era Rikardo Arregi: sencillamente inabarcable. Fue un animal político, rompedor y muy serio, pero nada sectario yo dogmático. De ahí que sea una figura admirada por todos con los que tuvo relación. Combinó la acción y el pensamiento, cuyo compromiso le llevo a la cárcel de Martutene. Fue terriblemente innovador, una de las figuras que iluminó el renacimiento de la cultura euskaldun en la década de los 60. Periodista prolijo, ensayista y escritor, supo traer al mundo del euskara temáticas nunca antes trabajadas, y lo hizo siempre con un lenguaje didáctico, sin florituras ni adjetivos innecesarios.

Planteamiento como pueblo

Y además, fue sobre todo un emprendedor, un activista clave en el proceso de alfabetización del euskara. Impulsó editoriales como Lur, revistas como “Jakin”, marcó profundamente a "Zeruko Argia" . La creación de la Asociación de escritores vascos fue otro de los proyectos en los que se comprometió, pero no pudo ser testigo de su fundación al morir tan joven.

Culto y elegante, acudía a menudo con corbata y pañuelo francés a las reuniones de euskaltzales, como queriendo significar que los euskaldunes del futuro debían ser urbanos y modernos. Pero más que la pulcritud del lenguaje, la técnica o la parte concreta de la gramática, siempre defendió que la alfabetización significaba hacerse dueño de la cultura vasca, tener conciencia y dotarla de contenidos. Se alejaba del folklorismo, decía que los euskalkis estaban bien pero lo que Euskal Herria necesitaba era un planteamiento general, ambicioso, como pueblo.

Navegando a través de sus palabras y sus letras, la película “Zutik”, invita a conocer en profundidad a una de las figuras más emblémáticas del renacimiento vasco. A recordar una época difícil y crucial, a recorrer 50 años después de su muerte su trayectoria vital y a conocer las posiciones y el pensamiento de un grande entre los grandes de la cultura euskaldun.