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JOPUNTUA

Viralas


Desperté cantando «el estado opresor es un macho violador», tras maravillarme con mis hermanas chilenas plantándose, coreográfica y rotundamente, frente a los machos y a los pacos: así de viral es el feminismo. Se ha entonado en México, India, Cuba, Brasil, Japón, Kenia, Líbano, Túnez, Euskal Herria... yo estuve en Barcelona. De continuar con la lista, sobrepasaría orgullosamente la extensión de esta columna.

El 8 de diciembre, unas quinientas mujeres eran reprimidas por la policía cuando performaban «Un violador en tu camino» en Estambul. Seis de ellas fueron detenidas. La letra de Lastesis, globalizada desde Chile y adaptada en cada lugar del mundo, arremete contra jueces, políticos y policías por cómplices y/o ejecutores de feminicidio. A nosotras nos matan y ellos se ofenden, ¡con nosotras! Una semana después, varias diputadas turcas se la espetaron a la cara al ministro de Interior, aporreando sus escaños. «El patriarcado es un juez. Nuestro crimen es ser mujer». Y se levantan para corear, enalteciéndonos a todas: «las mujeres nos estamos rebelando en todo el mundo. ¡No estáis solas!».

Siempre hemos hecho la revolución en red. Mucho antes de internet, precisamente en Chile, las prisioneras de Pinochet lograron abortar los embarazos por asalto de sus captores, gracias a una técnica difundida por brujas feministas desde Boston llamada extracción menstrual. 1977. En Asturies, conocí hace unas semanas a una aguerrida y clarividente guatemalteca llamada Mercedes Hernández que planta cara a los feminicidios de su país, al genocidio de las mujeres no llorado ni afrontado por la humanidad. «Nuestras resistencias son anteriores a la concepción misma del Estado, y creo que es a esa ancestralidad de las luchas de las mujeres, por ese proyecto emancipatorio propio, a la cual tenemos que abocarnos una y otra vez».

Las feministas tenemos tantos milenios como el patriarcado. Y vuelven los locos años veinte, con esas flappers vividoras, folladoras, fiesteras, aceleradas y revolucionarias que siempre fuimos.