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JOPUNTUA

Entender el nuevo mundo de China


A lo largo de la historia a menudo ocurren momentos clave de transición entre órdenes mundiales que solo se detectan en retrospectiva. Fechas a partir de las cuales las relaciones entre Estados, el reparto de influencias o la forma de entender la organización del Globo cambia, sin que sus protagonistas sean del todo conscientes. La Paz de Westfalia, la expansión del capitalismo en el XIX o el final de la Segunda Guerra Mundial serían ejemplos de ello. Todo hace indicar que hoy podríamos estar pasando por un fase así, con epicentro en China.

La nueva superpotencia está generando cambios impredecibles en el campo económico, militar y también en el colonialismo moderno. Pero seguramente el terremoto más importante tiene que ver con lo ideológico. Durante al menos dos siglos y solo con algunas excepciones, la expansión económica ha tendido a correr en paralelo al avance de la democracia. No piensen en la democracia liberal a la europea, sino simplemente en los sistemas de libertades y derechos, donde hay equilibrio entre el poder y el pueblo. Que las clases obreras no se murieran de hambre solía querer decir que, al poco, querrían leer libros sin censurar y expresar sus opiniones en libertad.

Pero hoy China está mostrando al mundo prácticamente lo contrario, que se puede sostener un crecimiento económico exponencial y la paulatina consolidación de la clase media, sin que eso esté llevando a una apertura democrática del país. De hecho, en cierta medida está ocurriendo justo lo contrario: que el influjo chino está rebajando las aspiraciones democráticas de otros países. Alguien puede objetar que tomo el concepto de democracia desde una visión eurocéntrica u occidental. Que en realidad bienestar es libertad o que en Occidente tenemos formas de coerción blandas pero tan o más efectivas que las chinas. Y tendrá razón. Pero eso también es parte del nuevo mundo que nace en China y debemos comprender. La concepción de libertad, democracia o bienestar ha dejado de entenderse como desde 1945 y probablemente ya nunca más serán lo mismo.