16 FéV. 2020 JOPUNTUA De la Síndone de Turín Fede de los Ríos Y dijo el tal Jesús ante los escribas que pedían un signo para considerarlo Maestro: «Será el signo del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches» (Mateo 12, 40). Las crónicas de los cristianos dicen que murió un viernes y resucitó el domingo (por eso celebramos el Aberri Eguna, ¡manda uebos! que diría Antoñana), lo que hace un total de poco más de un día y dos noches. O bien el Hijo de Dios no era ducho en aritmética, o bien el rigor mortis le resultaba muy incómodo. Hay que tener en cuenta que en cuestiones de fe y creencias varias, con las magnitudes de tiempo y espacio, los creyentes hacen de su capa un sayo, es decir, lo que los que no tenemos la necesidad de la hipótesis de un Dios consideramos lo razonable, a ellos, los de creo porque es absurdo (credo quia absurdum) las cosas de la razón se la traen al pairo cuando no les incomodan. No hubo testigos de la resurrección del Hijo de Sí mismo y de una Virgen concebida por un palomo que también era él mismo. Trío fecundo resultó. En el sepulcro, vacío del cuerpo, dicen fue encontrado un sudario (síndone) en el que se habría impreso cuerpo y rostro del Jesús crucificado. Lo que demostraba su resurrección. Ahora, un catedrático de cirugía plástica de la Clínica Universitaria de Navarra, asegura que Cristo voluntariamente dejó impresos en el sudario signos de resurrección que «muestran un desplazamiento de las manos a los genitales al flexionar el tronco, una elevación y semiflexión de la cabeza y un apoyo de una planta del pie con menos flexión de la pierna contralateral y cierto grado de rotación interna», propio de quien se incorpora. Igual se levantó solo a mear. Las frías noches del Gólgota no son propicias para el prostático. En 1988 se efectuaron pruebas de datación por radiocarbono en tres laboratorios diferentes que determinaron que la Sábana de Turín data del siglo XIV. Pero les da igual. En 1988 se efectuaron pruebas de datación por radiocarbono en tres laboratorios diferentes que determinaron que la Sábana de Turín data del siglo XIV. Pero les da igual