Nadie dijo que fuera fácil
Bautizado como “Cahoots” en su versión original, es un simpático juego con dos mazos de cartas. Uno de ellos el clásico con números –del 1 a 7– y cuatro colores. Con la particularidad de que hay dos de cada ejemplar, para un total de 56 naipes. El otro mazo está formado por 54 cartas de misión, y ahí es donde se esconde la miga, porque cada una exige cumplir una serie de condiciones, y puede que todas combinen más o menos… o no.
Se puede jugar en solitario, o colaborando de 2 a 4 personas. Tendremos cuatro cartas de número en la mano, otras cuatro boca arriba en la mesa y otras tantas misiones.
Superponiendo las cartas de nuestra mano en alguno de los cuatro montones –hay que seguir la dinámica del archiconocido “Uno” y repetir número y/o color– tendremos que ir cumpliendo las condiciones de cada misión.
Cuando terminemos una podremos revelar otra. Y dependiendo del nivel de dificultad, tendremos que cumplir más o menos misiones.