25 JUIL. 2020 La OIT afirma que el diálogo social «se impondrá aquí también» La firma de un memorando entre Lakua y la OIT se transformó ayer en un panegírico del diálogo social, fórmula ineficaz en la CAV al no contar con la participación de ELA y LAB. «Las circunstancias van a ser tan duras que, al final, el diálogo social va a acabar imponiéndose en todas partes, aquí también», dijo Joaquín Nieto en nombre de OIT. GARA GASTEIZ La pandemia del coronavirus ha llegado «en un momento de enormes transformaciones globales derivadas de la revolución tecnológica y digital y de la transición energética y ecológica para hacer frente al cambio climático» y, en este contexto, el diálogo social cobra una relevancia especial, según indicó ayer el director de la Oficina de la OIT para el Estado español, Joaquín Nieto, en la comparecencia ofrecida junto a la consejera en funciones de Trabajo y Justicia de Lakua, María Jesús San José. Ambos loaron las virtudes de un mecanismo que en la CAV solo cuenta con la participación de la Administración, patronal y CCOO y UGT, quedando fuera ELA y LAB. Ambos sindicatos abandonaron la Mesa del Diálogo Social por considerar que «está vacía de contenido», que «no respeta las mayorías sindicales y cuyas conclusiones se limitan a compromisos para seguir hablando. «Es el camino» A preguntas sobre esas ausencias, Nieto destacó «los beneficios» del diálogo social después de señalar que se trata de «una construcción permanente». «Los países que han practicado el diálogo social son los países que han adoptado medidas de escudo social, para apoyar a las empresas, para apoyar a los trabajadores, para apoyar a los autónomos», manifestó Nieto. «El caso de España ha sido clarísimo y nosotros hemos reconocido públicamente y hemos apreciado el diálogo social y sus resultados», insistió. Expresó, en este sentido, su esperanza de que se dé «en todas partes y en todos los territorios, incluido en el País Vasco» y realizó un «llamamiento claro» al diálogo social porque «es el camino». El representante de la OIT manifestó que «todo lo que el Gobierno Vasco, lo que los interlocutores sociales, los representantes empresariales y los representantes sindicales que quieran trabajar por el diálogo social nos pidan a la OIT, nos van a tener apoyándolo». Asimismo, insistió en que el diálogo social es «un proceso en construcción», que considera que «va a salir reforzado». Sostuvo, así, que «las circunstancias del empleo y las circunstancias económicas van a ser tan duras, que al final el diálogo social va acabar imponiéndose en todas partes, aquí también». San José, por su parte, indicó que la OIT es «el espejo en el que mirarse para avanzar en la justicia social». «Justicia social –añadió– que comienza en la consecución del trabajo decente, del trabajo digno para las mujeres y hombres de todo el mundo y, particularmente, en Euskadi». En este sentido, declaró que la OIT apuesta por el impulso de la negociación colectiva como elemento básico para «el trabajo decente y también el Gobierno vasco». Favorecer «la negociación bilateral» y los convenios son «un deber para todos» y completar ese «diálogo bilateral con el diálogo tripartito, fuente de la que se alimenta la OIT, es básico también en Euskadi». Convenio de colaboración para la Agenda 2030 Lakua y la OIT suscribieron ayer un memorando para la realización de actividades de interés mutuo dirigidas a fomentar la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y colaborar en los debates en torno a la Iniciativa del Futuro del Trabajo de la OIT. El acuerdo «nos posibilita colaborar en los debates en torno a la iniciativa del Futuro del Trabajo de la OIT y nos compromete a promover acciones en torno a las relaciones laborales, al respeto de las normas internacionales del trabajo, a la protección social, a responder con honestidad a la globalización», explicó la consejera en funciones de Trabajo y Justicia, María Jesús San José. Aseguró que se abre una relación «aún más comprometida con el trabajo digno» con una organización que «siempre aporta» en un horizonte con muchos retos y «más complicados aún tras la crisis sanitaria y la consiguiente crisis socioeconómica».GARA