GARA Euskal Herriko egunkaria
EDITORIALA

La pandemia no apaga la lucha por las pensiones


Pensionistas y jubilados de Bizkaia organizaron una marcha para reivindicar unas pensiones dignas y exigir que la pensión mínima alcance los 1.080 euros. Como en anteriores años, aunque esta vez con más éxito, aprovecharon el lunes de la Aste Nagusia sin fiestas, para movilizarse en defensa del sistema público de pensiones cumpliendo además con todas las medidas de seguridad sanitaria.

Tal y como señalaron acertadamente, la pandemia no puede servir de excusa para que haya reivindicaciones que se dejen de lado, especialmente cuando se dan situaciones de gran necesidad. Así, volvieron a recordar que más de la mitad de los pensionistas –la gran mayoría mujeres– cobran una retribución por debajo de los 1.080 euros. En cualquier caso, también quisieron señalar que la prioridad en este momento es la situación sanitaria. Desde su propia experiencia volvieron a insistir en que las residencias de personas mayores y dependientes siguen sin ser lugares seguros. Denunciaron que ni se han tomado medidas de prevención ni se han hecho nuevas contrataciones. Por desgracia, parece que los brotes de estos últimos días en varias residencias vienen a darles la razón en este punto. En estos momentos en los que la política está como en suspenso, el discurso y la movilización de ayer de jubilados y pensionistas sirvió para reivindicar la política en toda su dimensión: la situación sanitaria exige redefinir las prioridades, pero eso no significa que algunas reivindicaciones se tengan que olvidar.

Y eso es muy importante porque el Pacto de Toledo tampoco ha parado. Sigue con sus trabajos en el Congreso, a donde ha invitado para setiembre al gobernador del Banco de España –sobre cuya reaccionaria posición en este tema sobra cualquier comentario–, a la presidenta de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y al ministro del ramo. Unas comparecencias que serán a puerta cerrada, lo que no augura nada bueno.