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Entrevue
EMMANUEL CAPDEPONT
INSPECTOR DE EDUCACIÓN DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN DE HIRIBURU

«No hay que ver la prohibición de Hiriburu como un ataque al euskara»

El sistema estatal de educación ha negado el estatus experimental que otorga la posibilidad de ofrecer la enseñanza completa en euskara en la sección preescolar de la escuela pública de Hiriburu, lo que se ha interpretado como un ataque contra la lengua del país. Una delegación de electos acudirá mañana a París para negociar. El inspector en la circunscripción de Hiriburu defiende la prohibición.


No otorgar el permiso para ofrecer la educación totalmente en euskara en preescolar de una pequeña localidad de Lapurdi puede parecer un asunto menor, pero detrás de esa decisión están en juego los logros de años de lucha y puede tener repercusiones muy importantes en el futuro. La decisión de prohibición se ha realizado por razones políticas, lo cual podría implicar la desaparición de este modelo en otras escuelas públicas que ya lo están aplicarlo.

Para negociar con el Ministerio de Educación y tratar de dar marcha atrás, acudirá a París una delegación con parlamentarios, el presidente de la Mancomunidad Vasca y el alcalde de Hiriburu. En este contexto, el inspector de Educación Nacional responsable de la circunscripción de Hiriburu niega la dimensión política y defiende la decisión desde el punto de vista educativo.

Mañana una delegación de electos de Ipar Euskal Herria irá a negociar a París. ¿Qué tiene usted que decir al respecto?

No tengo información sobre estas cuestiones pero, contrariamente a lo que se ha declarado en ciertos medios de comunicación, no hay que ver en esta situación un ataque a la lengua vasca. El compromiso, la cooperación que se ha llevado durante años entre la Educación Nacional y la Oficina Pública del Euskara (OPE) trata sobre la enseñanza, la difusión y la promoción de una enseñanza de calidad de la lengua vasca, y hay que leer esta situación desde ese ángulo.

Los estudios demuestran que, si se comienza con un aprendizaje en inmersión en los primeros años de escolarización, la calidad y la competencia en el idioma son mayores.

Ahora no le voy a hablar como inspector, sino como lingüista, especialista en ciencias del lenguaje y que ha trabajado más de 25 años en la cooperación internacional, precisamente, sobre el tema de las políticas lingüísticas educativas, cooperación educativa y universitaria.

La exposición del sujeto a la lengua es una de las variables del aprendizaje, pero sin olvidar que el entorno escolar no es el entorno social natural. Por consecuencia, el aprendizaje en la escuela se efectúa según unas reglas y un mecanismo, que tienen una gran incidencia, pero que no son comparables.

Además de tener en cuenta esta variable cuantitativa, es muy importante revisar el proceso académico, las herramientas y metodologías académicas que se ponen en marcha. Una pedagogía que no fuese eficaz es independiente del tiempo que se le otorga. Al contrario, cuanto más tiempo le concedes más te arriesgas a acentuar la falta de eficacia de dicha pedagogía. Es legítimo que haya una reflexión sobre el tiempo, pero no puede ser la única variable a tener en cuenta para hablar de la eficacia de una política lingüística aplicada a una lengua regional, que todos queremos que viva y se desarrolle.

¿Quiere decir que la calidad en estos momentos no es lo suficiente buena para que merezca ser extendida?

No, no. Lo que quiero decir es que hay una reflexión en curso en estos momentos entre los servicios académicos, la dirección departamental de servicios de la Educación Nacional y la OPE sobre la cuestión de protocolos de experimentación, para poder evaluar la eficacia de las pedagogías que están implantadas y, en ese marco, restituir la pertinencia del tiempo de exposición a la lengua.

Habla usted de la importancia del entorno natural para adquirir el dominio de una lengua, pero en el caso de Hiriburu el euskara está muy poco presente en la sociedad. ¿No es importante que se supla, en medida de lo posible, a través del tiempo escolar?

Si aplicásemos tan solo el criterio cuantitativo, sería totalmente imposible enseñar en la escuela una lengua extranjera, porque por definición no se habla en el medio social. No es una argumentación admisible desde un punto de vista pedagógico.

El desafío de la escuela es enseñar cosas que no existen en el entorno social. No se puede utilizar el argumento según el cual una lengua que no se habla en un entorno social haya que dedicarle la totalidad el tiempo escolar. Porque entonces el profesor de matemáticas diría que no puede enseñar matemáticas ya que hay entornos familiares en los que no hay matemáticas y, si no se dedica todo el tiempo escolar, no habrá resultados. Ese argumento encuentra muy rápidamente su límite.

Pero hasta ahora se permitía hacerlo. ¿Qué ha cambiado?

Lo que ha cambiado es la promulgación de una escuela de confianza en 2019, que incluye el periodo de tres a seis años en la parte de la educación obligatoria, por lo que, desde el momento en el que preescolar se incluye en el periodo obligatorio, puede haber incidencias en la experimentación. Pero no me voy pronunciar sobre ese tema.