04 OCT. 2020 JOPUNTUA Esta semana ha muerto Quino Irati Jimenez Escritora Y mentiría si dijera que no he llorado. Aunque su genio era inabarcable para mí siempre será el creador de las tiras cómicas de una de las patrias más felices de mi infancia, un milagro del dibujo y de la literatura llamado Mafalda. La felicidad tiene que ser algo muy parecido a que mi padre llegara a casa con uno de los diez libros de colores de Lumen, que todavía conservo. Leer Mafalda es una experiencia intelectual y emocional asombrosa. Entras en un universo real, con sonidos y olores, en el que los diálogos son verosímiles en su contexto y legendarios en su alcance. El dibujo es preciso, profundo, poderoso. Y qué decir de los personajes. No solo están vivos y son inolvidables sino que representan todo lo que contenía Quino en sí mismo y lo que tuvo que usar para dibujarles. Felipe son las neurosis, pero también el corazón. Miguelito es la vanidad, pero también la grandeza. Manolito no solo es la ambición por el dinero, con todas sus bajezas, también la capacidad inagotable del artista que debe vender su producto y aspira a formar parte de un gremio. Hay en Susanita todo tipo de preocupaciones mundanas que resultan asfixiantes, pero su deseo de pertenencia es la esencia de la humanidad y su fuerza representa el empuje imparable de la gente. Libertad es una sobrepensadora política que siempre tiene razón pero asfixiaría al artista si fuera más grande y Mafalda no solo es la más adulta de todos sus amigos, también es la que debe entenderse con ellos para poder dibujarles. Representa la conducta ideal que describió Pablo de Tarso cuando pidió a los cristianos que fueran adultos en la inteligencia y niños en la malicia. No podría elegir entre ellos porque los adoro a todos pero, en la muerte de Quino, me conmueve sobre todo Guille, el artista ácrata e ingobernable, que nunca deja de sorprenderse por todo lo que cabe dentro de su lápiz y que se enfada con su hermana mayor porque ella se marcha al colegio y él se queda solo, como nos hemos quedado tantos esta semana, con un enorme agujero dentro. No podría elegir entre ellos porque los adoro a todos pero, en la muerte de Quino, me conmueve sobre todo Guille, el artista ácrata e ingobernable