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Los hosteleros reprochan a Lakua que haya ordenado el cierre sin un plan de ayudas


Con el cierre de la hostelería decretado por Lakua a partir de hoy –en Nafarroa llevan unas tres semanas–, ese sector considera que está pagando casi en exclusiva la factura de una situación epidemiológica que ha escapado al control de las instituciones y, por ese motivo, varios portavoces de las asociaciones de hosteleros expresaron ayer su estupor y su enfado.

«Falta de respeto» y «chapuza» fueron algunos de los términos utilizados en declaraciones a la agencia Efe por el secretario general de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa, Quino Martínez, para referirse a lo decidido por el Ejecutivo, y criticó que la clausura de locales no venga acompañada de un plan de acción para un sector que genera 60.000 empleos y necesita ayudas «de verdad», «no migajas, ni limosnas».

Por su parte, el gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, opinó que «no vale con decir que se van a estudiar medidas de ayuda, porque esto tarda tiempo en concretarse y los profesionales del sector deben hacer frente a sus pagos». «Para nosotros, sanitariamente es difícil discutir determinadas decisiones, pero sí pedimos que se articule un plan concreto», expuso Sánchez en Radio Euskadi, donde consideró difícil concretar cuántos cierres de negocios se han producido hasta la fecha, pero advirtió de que la decisión adoptada por el Ejecutivo llevará a que muchos que «aguantaban a duras penas, lo van a tener complicado».

En NAIZ Irratia, Mikel Ayestaran, director de gestión de la asociación guipuzcoana, sí puso cifras a la pérdida de empleos que podría causar este cierre, adoptado «de un día para otro», y habló de unos 16.000 puestos.

Se debía haber controlado

Sánchez dijo también que los ERTE suponen «una especie de trampa», ya que, pese a ser para muchas empresas «la única opción», supone asumir un compromiso de mantenimiento del empleo de seis meses adicionales. «Si a un hostelero le garantizan que para entonces tendrá un nivel de actividad cercano a una situación de normalidad, ningún problema, pero es complicado», apuntó, al tiempo que incidió en que Lakua debía haber tenido concretado el plan de ayudas para aplicarlo «ya».

A juicio del gerente de la hostelería vizcaina, durante el verano se debía haber «controlado» más la situación, y al no hacerlo «quien paga las consecuencias es el sector de la hostelería».

ELA también alertó de las «gravísimas consecuencias en términos de empleo» que puede conllevar el cierre de este sector y, por ello, exigió «una actuación urgente». «La falta de planificación y de estrategia del Gobierno Vasco es la que nos ha traído hasta aquí», apuntó.