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EDITORIALA

La desidia internacional acerca la guerra al Sahara


El Ejercito marroquí atravesó ayer el paso de Guerguerat para disolver una protesta pacífica de ciudadanos saharauis que reclamaban la celebración del referéndum de autodeterminación. El Ejército saharaui intervino para proteger a sus ciudadanos y tanto el Gobierno como el Frente Polisario consideraron la acción de Marruecos como una violación deliberada del acuerdo de alto el fuego firmado en 1991 y una agresión directa al pueblo saharaui. Asimismo, responsabilizaron a su Gobierno de las peligrosas consecuencias del ataque sobre la estabilidad y la seguridad de la región.

Todo parece indicar que la chispa de la guerra ha prendido en el Sahara Occidental, después de que la comunidad internacional haya dejado que la situación se inflame. No se entiende de otra manera que casi 30 años después de que se firmarán los acuerdo de paz, no se haya avanzado nada en la celebración del referéndum de autodeterminación. Marruecos maniobró desde el principio para boicotear la consulta, mientras continuaba esquilmando los recursos naturales del territorio que ocupa y reprimía a la población saharaui. La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso) ha resultado totalmente inoperante para cumplir con su cometido. Y para cerrar el círculo, las potencias occidentales, especialmente el Estado francés y español, han dado cobertura a todas las violaciones de los acuerdos perpetradas por Marruecos. La desidia, cuando no complicidad manifiesta con el ocupante, de la comunidad internacional ha llevando al pueblo saharaui a un callejón sin salida.

Tal vez esas potencias creyeron posible que el tiempo conseguiría desactivar las justas demandas del pueblo saharaui, pero la realidad es que en el desierto hay un pueblo organizado y dispuesto a defender sus derechos. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional deje de lado la hipocresía y presione para implementar los acuerdos antes de que la sangre corra irremediablemente.