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JOPUNTUA

De señoro también se sale


Me conecto a la toma de posesión de Biden para enterarme al instante si ha comenzado la Tercera Guerra Mundial. Parece que no. JLo, abrigada de blanco sufragista y espléndida, quién fuera frío para recalar en tus mejillas, sube al atril para entonarnos. La del Bronx (me encanta decir «La del Bronx» como si dijera «La de la Txantrea», teniendo en cuenta además que en su barrio viven millón y medio de people) canta con voz de diosa un mix entre el consabido “Ooh say can you see” y otro himno que, gracias a la portentosa serie “Mrs. America”, supe que fue compuesto por un comunista gringo. Kamala, la primera vicepresidenta y además no blanca, viste de violeta: of course. Las sufragistas eligieron tres colores para continuar la lucha: blanco, dorado y púrpura. Si es que, al final, hasta estéticamente soy feminista: quién me lo iba a decir. Ni rastro de Trump: incluso el bisonte asaltacapitolios se pregunta desde el calabozo por qué lo ha abandonado. Este 20 de enero sin tamborrada, hubiera sido muy aciago con Trump repitiendo mandato. Chao Trump y habernos puesto como bonobos a través de un cristal el sábado, Ibai, me calientan la tarde.

Cuando el mundo respiró aliviado al conocerse que Trump había perdido las elecciones, hubo alguien que tuiteó: nunca he estado tan contento de perder un trabajo. Fue Alec Baldwin, imitador y azote de ese presidente naranja que reinaría tiránicamente por los siglos de poder hacerlo, henchido desde lo alto de la peligrosa oligarquía en que nació. Recuerdo cuando Alec Baldwin era gilipollas, un macho de lo más gilipollas. Él también se acuerda. Al calor del Me Too, hizo su confesión, su yo también he sido un sexista de mierda. «He intimidado a las mujeres. Las he pasado por alto. Las he subestimado». Pero cambió, decidió ser buena gente. Y hoy mantiene una relación viva con su hija Ireland, una espectacular jamelga queer a la que llamó «pequeña descerebrada odiosa» en pleno divorcio de la fabulosa Kim Basinger. Bienvenidos todos los señoros que decidan despatriacalizarse: si Alec Baldwin ha podido...