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AZKEN PUNTUA

Como un puñetazo en la mesa


Hoy va a ser un sábado diferente. Una manifestación unitaria, pensada en una asamblea de trabajadores en huelga, recorrerá las calles de Gasteiz igual que lo hicieron hace 45 años los obreros de las luchas de marzo de 1976. Desde entonces ha llovido mucho y los años no transcurren en balde. El paso del tiempo siempre deja una impronta de cambio que hay que asumir para inventar o crear el porvenir. Distintas condiciones incluso diferentes demandas laborales, es cierto, pero también un mismo objetivo que, de alguna manera, nos une al pasado: la defensa de unos derechos básicos que garanticen un empleo digno y una vida también digna. Porque como denuncian los convocantes, el coronavirus «no es el problema», solo ha logrado que sean más visibles y dramáticos aquellos problemas que hoy acosan a la clase trabajadora y que tienen un «mismo origen», «la gestión económica y social», dirigida por el entramado institucional y empresarial de Araba, viejo aliado de todos los desastres sociales que en la historia han sido. La movilización, convocada por más de cincuenta comités de empresa, sindicatos y colectivos sociales, olvidará por unas horas la imagen de una Gasteiz entristecida y apocada ante el porvenir. Es como si, de repente, alguien diera un puñetazo en la mesa y la resignación de ese demoledor «es lo que hay» se resquebrajara como un espejo a punto de romperse.