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Rusia expulsa a tres diplomáticos durante la visita de Borrell a Moscú

La UE y Rusia tensan su pulso durante la visita del jefe de la diplomacia europea a Moscú. Si Borrell llegó con reproches por el «caso Navalny» y la represión, el Kremlin replicó con el recuerdo de los presos catalanes y con la expulsión de tres diplomáticos. Y todo pese a reconocer áreas de interés, como la vacuna Sputnik V.


A la vez que se reunían los responsables de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, y europea, Josep Borrell, Moscú anunció la expulsión de tres diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia por haber participado en las manifestaciones contra el encarcelamiento del opositor Alexei Navalny. Las autoridades rusas tacharon de «inaceptables e incompatibles con su estatus» la participación de estos diplomáticos en las «concentraciones ilegales» en apoyo de Navalny en San Petersburgo.

Borrell condenó «firmemente» las expulsiones y rechazó las justificaciones del Gobierno ruso. «No estaban manifestándose» sino observando, explicó. Berlín, Varsovia y Estocolmo también consideraron injustificada la medida.

Las demandas europeas, que exigen, además, la liberación de Navalny, y la señal enviada ayer por Moscú con esa medida muestran la tensión de unas relaciones que Borrell y Lavrov constataron que se encuentran en su momento «más bajo».

Borrell reconoció que «es cierto que nuestras relaciones son muy tensas» y que el asunto Navalny las ha empeorado.

Frente a Lavrov, insistió en pedir la liberación del opositor, condenado a tres años y medio de prisión, y «una investigación imparcial sobre su envenenamiento».

En este pulso verbal, Lavrov replicó recordándole –«sin ánimo de ofender»– el juicio a los independentistas catalanes, condenados por la organización del referéndum. Subrayó que las autoridades españolas defendieron su sistema judicial y exigieron que «ni siquiera se atrevan a dudar de las decisiones que tomamos en nuestros tribunales». «Y eso es justo lo que queremos nosotros de Occidente en el plano de la reciprocidad», añadió.

Navalny compareció ayer de nuevo ante un tribunal, esta vez acusado de difamar a un excombatiente de la II Guerra Mundial, un tema especialmente sensible en Rusia.

Lavrov sostuvo, además, que Rusia está «acostumbrándose al hecho de que la UE trata de imponer restricciones ilegítimas de manera unilateral».

El ministro ruso ha enviado a Bruselas un vídeo con imágenes del uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad occidentales, como respuesta a las críticas por las detenciones de más de 10.000 personas en las manifestaciones de apoyo a Navalny. También rechazó «la inaceptable arrogancia» de la Europa que acusa del envenenamiento sin pruebas.

Pese a la tensa relación, Borrell confirmó que la UE no ha propuesto nuevas sanciones «por el momento». Bruselas se toma un tiempo, al menos hasta el próximo Consejo de Ministros de Exteriores y la cumbre de marzo, donde los líderes europeos mantendrán una discusión monográfica sobre las relaciones con Rusia.

Hasta entonces, el reto de Moscú y Bruselas es recomponer la relación y la cooperación en temas de interés mutuo que el propio Borrell reconoció. El más urgente, la vacuna Sputnik V. El más estratégico, el gasoducto Nort Stream 2. Pero también el Ártico, el clima y el entorno digital o el acuerdo nuclear iraní. «Mi visita aquí es parte de la preparación de este debate y es muy importante que aclaremos qué queremos hacer con nuestras relaciones», señaló Borrell. El Kremlin también criticó las agresiva retórica hacia Rusia del nuevo presidente de EEUU, Joe Biden.

Soberanía europea y diálogo con el Kremlin

Aunque con críticas a Moscú, tras un consejo de defensa franco-alemán por videoconferencia, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, admitieron la necesidad europea de colaborar con Rusia.

Merkel reiteró la continuidad del proyecto Nord Stream 2, un gasoducto que unirá Rusia y Alemania, incluso si se debe evitar cualquier «dependencia energética». «Este proyecto está casi terminado y nada se puede anunciar sin una estrecha coordinación franco-alemana», admitió Macron, pese a las sugerencias desde su Gobierno de congelarlo como represalia contra Moscú. Para Merkel, «es necesario hablar con Rusia», posición que también asumió Macron, quien señaló que el presidente ruso, Vladimir Putin, es clave en cuestiones como Bielorrusia, Ucrania, Libia, Siria y el desarme internacional.

Aunque EEUU tendrá una posición preferente, recalcaron la importancia de la soberanía europea en el doble contexto de la nueva diplomacia activa de Washington y «el aumento de tensiones en nuestro vecindario». Apelaron también a la soberanía industrial en proyectos de defensa como el eurodron, el nuevo helicóptero de combate Eurocopter Tiger y el nuevo vehículo blindado, pero sobre todo su proyecto insignia, el Futuro Sistema de Combate Aéreo, que pretenden validar en primavera.GARA