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Forcadell pide que se escuche a las presas

Dar voz a las mujeres presas y cárceles abiertas son dos de las reivindicaciones que la expresidenta del Parlament de Catalunya Carme Forcadell realiza en «Escrivim el futur amb tinta lila», el libro que ha escrito sobre su experiencia en el interior de las prisiones.


Carme Forcadell defiende hacer cárceles abiertas en las que se minimice la función punitiva y tenga más peso la voluntad de reinserción, y reivindica la necesidad de que se tenga en cuenta la voz de las mujeres presas en las decisiones que se tomen en el sistema penitenciario.

Lo explicó en la rueda de prensa telemática de presentación de su libro “Escrivim el futur amb tinta lila (Escribimos el futuro con tinta lila)”, que se publicó ayer y en el que narra su experiencia en prisión y expone su compromiso con el feminismo.

Aseguró que lo ha escrito para visibilizar el sistema penitenciario, que se conozca cómo funcionan las cárceles, ya que cree que es un sistema hermético del que se saben pocas cosas, y sostuvo que la sociedad debería reflexionar sobre si funciona.

A su juicio, el actual sistema penitenciario no funciona porque no ayuda a reincorporar a los presos a la sociedad y alertó de que muchas de las mujeres encarceladas tienen desde que nacen las condiciones para acabar en prisión. «Son delincuentes, pero también son víctimas», destacó, antes de señalar que si no fueran previamente víctimas de la sociedad, probablemente no habrían sido delincuentes.

«Muchas han nacido en una situación muy difícil y les han fallados los dos pilares más importantes: la familia y la educación, y han acabado en prisión. Han nacido estigmatizadas», por lo que la presidenta del Parlament de Catalunya cree que la sociedad debería trabajar para evitar que el camino de estas mujeres sea el de la cárcel.

Cárceles abiertas

Así, Forcadell apuesta por hacer cárceles abiertas, en las que los presos puedan salir durante el día y dormir en prisión, como sucede en algunos países nórdicos.

Considera que lo importante es que la parte punitiva de la cárcel sea la mínima, ya que «se ha demostrado que no funciona», y que es necesario potenciar la función de reinserción dando más responsabilidades a los presos para que tengan trabajo y «se sientan útiles en la sociedad».

Es la petición que hizo al conseller de Justicia en el próximo Govern y el modelo que cree que debería tener la nueva prisión de mujeres que se construirá en la Zona Franca de Barcelona.

Con su libro, Forcadell también pretende explicar la labor que ha tratado de hacer en la cárcel para defender los derechos de las mujeres presas, ya que critica que el sistema penitenciario está hecho y pensado por y para hombres.

En este sentido, afirmó que su paso por la cárcel ha reafirmado sus convicciones feministas y que ha intentado convencer al resto de presas de la necesidad del feminismo. Cuenta que en las tres prisiones en las que ha estado (Alcalá-Meco, Mas d’Enric y Wad-Ras) ha buscado unir a las mujeres para hacer demandas a la dirección de los centros, como que haya secadores de pelo y que se amplíe el horario de trabajo de las presas para equipararlo al de los hombres.