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El incendio de un hospital en Bagdad provoca más de 80 de muertos


Más de 80 personas fallecieron ayer asfixiadas por el humo o carbonizadas en el incendio de un hospital para enfermos de covid-19 en Bagdad. Todo comenzó alrededor de madrugada con la explosión de botellas de oxígeno «almacenadas sin respetar las condiciones de seguridad», según los médicos del hospital Ibn al-Jatib, donde había alrededor de 150 personas. Luego, en un centro sin sistema de protección contra incendios, las llamas devoraron durante horas los falsos techos no ignífugos.

Según el Ministerio del Interior, 82 personas murieron y 110 resultaron heridas en un país con un sistema de salud en ruinas hace décadas. Además, los bomberos no llegaron con rapidez al hospital situado en la periferia rural de Bagdad.

Durante horas, la multitud de pacientes y familiares que intentaban escapar por unas estrechas escaleras, solo recibieron ayuda de los vecinos que se acercaron. «La mayoría de las víctimas murieron porque fueron desplazadas y privadas de sus respiradores. Otras fueron asfixiadas por el humo»», explicó Defensa Civil. Los iraquíes expresaron su enojo por la negligencia, que en Irak va de la mano de una corrupción endémica, y reclamaron la dimisión del ministro de Salud, Hassan al-Tamimi. El primer ministro, Mustafa al-Kazimi, respondió a medias. Le «suspendió» en el cargo, al igual que al gobernador de Bagdad y al jefe de Salud para el este de la capital.