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EDITORIALA

Ankara, más cerca de ilegalizar el HDP


En Ankara comenzó ayer el juicio contra 108 personas acusadas de promover las manifestaciones que se celebraron en Turquía en 2014 para apoyar a las fuerzas kurdas y sirias que defendían Kobane del Estado Islámico y que terminaron con graves enfrentamientos. La gran mayoría de acusados son miembros del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y entre ellos está el hoy encarcelado excopresidente de la formación, el kurdo Selahattin Demirtas. La primera sesión estuvo marcada por el plante de los abogados defensores, que denunciaron las limitaciones que les ha impuesto el tribunal para desarrollar su labor.

Este proceso es un paso más en la estrategia del Estado turco, que busca eliminar al principal partido de la oposición del juego político. Por una parte, acusan a los líderes del HDP de tener relación con el PKK kurdo, con el fin de encarcelarlos y juzgarlos por connivencia con el «terrorismo». Por otra, ponen en marcha un proceso de ilegalización de la formación sobre la que el Tribunal Constitucional turco, de momento, no se ha pronunciado, a la espera de recibir información complementaria. Son numerosos los partidos kurdos que Turquía ha ilegalizado en las últimas décadas, pero con el HDP –que desborda la definición de partido kurdo– está aplicando a la letra el guion utilizado por el Estado español para ilegalizar a la izquierda independentista vasca. De hecho, en Turquía esgrimen como aval el visto bueno que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dio en su día a la ilegalización de Batasuna.

El autoritarismo crece y la calidad democrática cae en los Estados periféricos de Europa, ante la pasividad de una UE sin apenas crédito para hablar de democracia y derechos humanos. Los vergonzosos acuerdos migratorios con la propia Turquía dan fe de ello. La solución no vendrá de Bruselas. En estas circunstancias, frenar el creciente autoritarismo y exigir el fin de los procesos políticos a la oposición queda en manos de la gente.