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Una avalancha deja 45 muertos en una celebración judía en Galilea

Una avalancha humana que tuvo lugar de madrugada en el monte Merón, núcleo de peregrinación judía ubicado en el norte de Palestina, se ha convertido en «uno de los peores desastres que ha sufrido el Estado de Israel», como indicó su primer ministro, Benjamin Netanyahu. En la zona se habían congregado decenas de miles de personas, la mayoría judíos ultraortodoxos. Al parecer, se produjo un cuello de botella en la vía de salida de un recinto abarrotado.


El último balance cifraba ayer en 45 fallecidos y unos 150 heridos –una veintena de ellos graves– las víctimas de la estampida humana que se registró entre la noche de jueves y la madrugada del viernes durante la multitudinaria celebración judía de Lag Baomer en el monte Merón, ubicado en Galilea, en el norte del Estado de Israel.

Unos 100.000 fieles –en su mayoría varones ultraortodoxos– se habían congregado en ese lugar, donde se celebraba esta fiesta marcada tradicionalmente por cánticos, bailes y hogueras. Ha sido el evento más concurrido organizado en Israel desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Pero la fiesta derivó en una avalancha humana que acabó con la vida de medio centenar de personas, que murieron aplastadas al quedar atrapadas en un estrecho recinto.

Los servicios médicos, cuerpos policiales y soldados del Ejército israelí estuvieron toda la noche atendiendo y evacuando heridos a los hospitales, y gestionando una situación de emergencia caótica debido a la enorme multitud concentrada.

Durante la jornada de ayer, el Ministerio de Transporte envió cientos de autobuses y trenes para que los peregrinos aún congregados en la zona pudieran volver a sus casas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que se desplazó al lugar por la mañana, lamentó el «terrible desastre» y declaró el día de mañana como «jornada de duelo nacional».

Posible negligencia policial

El ministro israelí de Defensa, Beny Gantz, señaló que las autoridades están «totalmente comprometidas con investigar los fallos, sacar las conclusiones necesarias y aplicarlas en el futuro para que este tipo de tragedias nunca se repita».

Por su parte, el fiscal general, Avijai Mandelblit, anunció que se iba a abrir de inmediato una investigación sobre una posible negligencia policial.

El comandante del distrito Norte de la Policía, Shimon Lavie, que supervisó la seguridad del evento, asumió la responsabilidad en un desastre que algunos consideran que se podría haber evitado si las medidas policiales hubieran sido más firmes. «Tengo la responsabilidad, para bien o para mal, y estoy preparado para (afrontar) cualquier investigación», declaró ante los periodistas.

Los primeros indicios apuntan a que la tragedia ocurrió cuando un numeroso grupo de peregrinos caminaba a través de una pasarela metálica en una vía de salida de un recinto.

Según testimonios recogidos por varios medios, algunos de los congregados resbalaron por los escalones, tropezando, y muchos comenzaron a caer unos encima de otros, generando una situación de asfixias y aplastamientos en un lugar donde también había niños, que están entre los fallecidos y heridos, según indicó la emisora del Ejército israelí. Algunos testigos arguyeron que los agentes policiales bloquearon parte del pasaje, lo que pudo generar un cuello de botella letal.

La comunidad judía ultraortodoxa comenzó ayer mismo a enterrar a las víctimas en funerales multitudinarios, como se vio en Jerusalén o Bnei Brak.

Las estampidas más letales en los últimos diez años

El 24 de setiembre de 2015, durante la peregrinación inaugural de La Meca, en Arabia Saudí, una avalancha humana causó 2.300 muertos.

En India, el 13 de octubre de 2013, en una fiesta religiosa en Madhya Pradesh, hubo 115 muertos. El 14 de enero de 2011, 102 en una peregrinación en Kerala.

En Costa de Marfil, el 1 de enero de 2013, al menos 60 personas fallecieron la vida tras asistir a los fuegos artificiales de San Silvestre en Abiyán.

En Irán, el 7 de enero de 2020, una estampida en Kerman, durante los funerales del general Qasem Soleimani, muerto en un ataque estadounidense por dron en Bagdad, se saldó con 56 muertos.

En Etiopía, el 2 de octubre de 2016, al menos 52 personas perdieron la vida en Bishoftu en choques con la Policía durante el festival oromo Irreecha.

En Tanzania, el 21 de marzo de 2021, 45 personas murieron en el homenaje al fallecido presidente John Maguful, en el estadio de Dar es Salaam.GARA