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EDIMBURGO
«SUPERJUEVES» ELECTORAL EN ESCOCIA, GALES E INGLATERRA

El SNP confía en lograr la mayoría que fuerce el segundo referéndum

El Partido Nacionalista Escocés (SNP) confía en que las elecciones de ayer confirmen la mayoría favorable a la independencia que fuerce a Londres a aceptar un segundo referéndum sin pasar por los tribunales. Los sondeos auguraban incluso una mayoría suficiente para que el SNP no necesitara de más apoyos.

La mayoría independentista a la que ha apelado durante la campaña electoral la líder del SNP y ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, para basar la convocatoria de un segundo referéndum de salida de Reino Unido es prácticamente una realidad, incluso con la posibilidad de que el nuevo partido de Alex Salmond, Alba, no entre siquiera en Holyrood, el Parlamento escocés.

En una jornada muy fría, con nieve en algunas ciudades, entre ellas Edimburgo, más de cuatro millones de personas estaban llamadas a votar, aunque muchas lo hicieron previamente por correo a raíz de las medidas de seguridad para controlar la covid-19.

Las medidas por la pandemia también harán que el recuento sea muy lento y los resultados no se conozcan al menos hasta mañana.

Los escoceses votaron con las encuestas dando por hecho que las fuerzas independentistas siguen siendo las opciones predilectas, con la posibilidad incluso de que el Partido Nacional Escocés (SNP) no necesite de otros partidos soberanistas para obtener la mayoría y emplazar a Londres a aceptar otra consulta.

Con todo, de acuerdo con algunos de las últimos sondeos, el SNP mejorará sus resultados con respecto a las anteriores elecciones, obteniendo el 49% de los votos y 67 diputados, dos más de los necesarios para obtener la mayoría y cuatro más que en la cita de 2016.

En caso de que los resultados no fueran al final tan optimistas, los Verdes y sus posibles entre siete y diez escaños, completarían la mayoría necesaria para reclamar el referéndum.

Sin embargo, ha sido la gestión de la crisis sanitaria –los escoceses tienen la percepción que desde Holyrood se han hecho las cosas mejor que desde Westminster– y la salida de la UE –Escocia fue quien más se opuso–, los factores que mejor le han hecho la campaña al SNP.

La presencia de Salmond, exlíder del SNP y una figura importante dentro del independentismo escocés, no parece dividir de forma decisiva el voto soberanista con su nueva formación, Alba, según las últimas encuestas que apuntaban que no conseguiría siquiera el 3% necesario para obtener representación.

Plebiscito por el referéndum

Sturgeon llega a las elecciones tras un año complicado, saliendo airosa de una moción de censura y con el liderazgo al frente del partido cuestionado a raíz del escándalo político con Salmond, pero sin que se refleje en las encuestas.

El SNP es partidario de activar el referéndum a través del Parlamento y presionar luego a Johnson para que active la Sección 30 de la Ley de Escocia de 1998 que permitiría la consulta, pero no la descarta sin contar con el beneplácito de Londres aunque la opción lleve a los tribunales. «Si Boris Johnson quiere detenerlo, tendrá que emprender acciones legales», insistió Nicola Sturgeon.

La líder del SNP confía en que el apoyo popular reflejado en las elecciones sea suficiente para evitar que el proceso acabe en los tribunales y haga de los comicios un plebiscito a favor de la consulta. Pero ya en vísperas de la jornada de reflexión volvió a advertir de que «si el apoyo a la independencia continúa, no es sostenible que ningún primer ministro de Westminster se interponga en el camino».

Con el triunfo del SNP claro, quedaba abierta la disputa por ser la segunda opción entre los escoceses. Conservadores y laboristas se han visto obligados a desgastarse en una campaña en la que en el mejor de los casos uno de ellos será segundo y con algunos escaños menos. Los conservadores, con Douglas Ross al frente, parten con ventaja, pero perderían cinco escaños y se quedarían en 25, aproximadamente cuatro más de los que tendrían los laboristas del casi recién nombrado líder Anas Sarwar, que llevan desde hace más de una década en caída de representación en el Parlamento.

Las elecciones en Gales pueden suponer otro avance independentista. Las encuestas apuntan a que el laborista Mark Drakeford renovará la mayoría en el Parlamento (Senedd Cymru) pero el partido independentista Plaid Cymru espera aumentar su peso, dado que las encuestas muestran un 40% de la población a favor de la independencia y más de un 60% entre la población de entre 18 y 24 años. Tanto en Escocia como en Gales, en estos comicios votan los mayores de 16 años.

El laborismo se juega el «muro rojo»

El «superjueves» electoral inglés decide también 143 gobiernos locales y trece alcaldías, incluida la de Londres, así como un escaño en la Cámara de los Comunes para la circunscripción de Hartlepool, tras la dimisión del anterior diputado laborista entre acusaciones de acoso sexual. Será la primera prueba de fuego para Boris Johnson y para el nuevo líder laborista, Keir Starmer, tras la consumación del Brexit. Si los conservadores se hacen con Hartlepool, se interpretaría como un paso más en su conquista del llamado «muro rojo», antiguos feudos laboristas del norte y centro de Inglaterra que pasaron a manos de los tories en 2019 en buena medida por su apoyo al Brexit. Starmer ha rebajado las expectativas para que un mal resultado no amenace su liderazgo, que se enfrenta al rechazo del sector más izquierdista del partido por el trato que dispensó a su predecesor, Jeremy Corbyn y por su falta de contundencia para plantar cara a Johnson. El laborismo espera mantener la Alcaldía de Londres y que Sadiq Khan gane su segundo mandato, con las encuestas dándole una amplia ventaja.GARA