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EDITORIALA

Ceuta cataliza las servidumbres europeas


Miles de personas, la mayoría marroquíes, entraron ayer en la ciudad de Ceuta provocando una importante crisis entre el Gobierno español y Marruecos. Todo parece indicar que el Gobierno marroquí relajó las medidas de vigilancia de la frontera como respuesta a la decisión del Ejecutivo español de prestar atención sanitaria en Logroño al secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali.

Una crisis que, en primer lugar, vuelve a dejar en evidencia los mezquinos acuerdos de la UE para convertir a terceros países en guardianes de sus propias fronteras a cambio de todo tipo de cesiones. En Ceuta ahora, como ya ocurrió con Turquía antes, la UE termina convertida en rehén de países a los que ni la democracia ni los derechos humanos les preocupan especialmente. De hecho, Marruecos ni siquiera disimuló ayer su intención de utilizar a los migrantes para chantajear al Estado español. Aunque, por otra parte, sacar al Ejercito español a vigilar el paso fronterizo y devolver ilegalmente a Marruecos a las personas que lo atravesaron tampoco es muestra de respeto de los derechos de esas personas. Para ambas monarquías los migrantes no son más que una simple moneda de cambio en sus respectivas estrategias geopolíticas.

A ese respecto, lo que subyace a esta crisis es la cuestión de Sahara Occidental. Las constantes cesiones del Estado español no han hecho que Marruecos adopte una postura constructiva y democrática. Tras más de treinta años de bloqueo marroquí al referéndum acordado con Naciones Unidas, la vuelta a las hostilidades del Frente Polisario ha debilitado a Marruecos que busca fortalecer su posición recurriendo a la amenaza y al chantaje. Por ello, es un buen momento para que el Gobierno español asuma su responsabilidad de potencia colonizadora y organice el referéndum de autodeterminación pactado. Respetar derechos siempre es una estrategia ganadora a largo plazo.