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20 ANIVERSARIO DE LA EDITORIAL ASTIBERRI

ASTIBERRI, 20 AÑOS DE VIÑETAS, EMOCIONES Y RECONOCIMIENTO

La librería Joker de Bilbo abrió sus puertas porque sus impulsores compartían una gran afición por el cómic y ello derivó en la puesta en marcha de Astiberri Ediciones. Veinte años después, esta editorial vasca figura como un referente del cómic actual.


En marzo de 2001 y en el seno de la librería Joker, sus responsables publicaron el primer número de “Trama”, una revista sobre cómic cuya existencia se prolongó durante 5 años y que sirvió para iniciar la singladura de Astiberri. Ese mismo año se publicarían los primeros cómics de su catálogo: “Grendel Blanco, Negro y Rojo”, de Matt Wagner; “Mis circunstancias”, de Lewis Trondheim; “El camino de América”, de Baru; y el libro ilustrado “Mitologika. El mundo de las brujas”, de Raquel Alzate, Aritza Bergara y Ricardo del Río. Fernando Tarancón, editor de Astiberri, recuerda que «esta aventura nació por puro desconocimiento, por uno de esos típicos “arrebatos” tan bilbotarras. Fue el resultado de muchas conversaciones entre amigos, en las que animados por las cervezas y nuestra afición común por el cómic, especulábamos con las posibilidad de hacer algo porque creíamos firmemente que se podían hacer cosas mejores y que nosotros éramos capaces de hacerlo. En un momento determinado te das cuenta que tienes que pasar de las palabras a los hechos porque sino vas a quedar muy mal. Entonces dio comienzo algo sin mucha consistencia ni coherencia, porque tampoco sabíamos exactamente qué es lo que queríamos hacer, y al final la cosa ha ido creciendo hasta convertirse en lo que hoy es. En realidad, poco a poco te vas dando cuenta de lo que es, en qué consiste una editorial profesional y lo que conlleva, qué papel debe desempeñar un editor y qué hace que una editorial funcione o no y, sobre todo, lo importante que resulta marcar una línea coherente de edición». Tal vez este haya sido uno de los principales logros de la editorial vasca, haber creado un sello muy reconocible. En opinión de Tarancón, «lo bueno de todo esto es que en el mundo del cómic nos conocemos todos. Incluso al editor que a mí peor me cae –cuyo nombre voy a evitar–, le gustan los cómics y eso es algo que no ocurre en otros campos creativos donde priman más otros aspectos. Yo sé que hay cómics con los que voy a perder dinero, pero aprovecho los tiempos en los que funciona una buena racha editorial con otros títulos para poder publicarlos. Son pequeños caprichos que, por ejemplo, en la actual coyuntura económica que padecemos, no te los puedes permitir muy a menudo. Te lo voy a resumir con un ejemplo: el otro día entró un grupo de chicas muy jóvenes a la librería Joker. Estaban buscando un cómic para regalárselo a otra amiga. Después de mirar por las diferentes estanterías, se acercaron hasta el mostrador y me dijeron que querían un cómic, pero no uno normal, querían uno ‘tipo Astiberri’. Secuencias como esta son lo que pretendemos: aunar nuestro amor por el cómic, ser coherentes con nuestro propio estilo y que todo ello tenga su reflejo en la gente».

 

Estilo propio

En relación a los territorios en los que se desenvuelve Astiberri, su editor está convencido de que Astiberri encaja a la perfección en lo que se denomina como novela gráfica. «Son obras en los que el autor es lo principal, no el personaje ni las características de la obra. Las obras no tienen por qué estar afincadas en un género concreto. Las historias pueden acabar en el mismo volumen, no es necesario que tengan una continuidad o que el personaje sea exprimido al límite para poder explotarlo. No tiene por qué tener 24 páginas y estar grapado o que el protagonista vista unas mallas. Es decir, para nosotros es fundamental que un autor quiera contar una historia como él quiera. Si eso que el autor desea contar parece tendente a ser disfrutado por un público minoritario, para nosotros es una faena económica, pero si esa es la decisión del autor, pues adelante», añade. Astiberri cuenta con un amplio y variado catálogo de novela gráfica para adultos, con una apuesta firme por los títulos de autores y autoras estatales y, en su empeño de seguir ampliando horizontes, inició el pasado año una aventura de poner en marcha una colección de cómic infantil y juvenil. Lanzando una mirada al pasado, Tarancón recuerda que «cuando iniciamos nuestro recorrido teníamos referencias internacionales que te descubren la posibilidad de hacer las cosas de otra manera muy diferente y, por otro lado, había un movimiento en el Estado español en el que había una serie de editoriales pequeñas que hicieron algo impensable hace 20 ó 30 años: competir con las grandes editoriales. Creo que esto ha servido para que muchos lectores hayan conocido y sido seducidos por obras que, tal vez, hubieran sido más difíciles de acceder». Sobre los sentimientos que alberga cuando una obra de su editorial comienza a ser reclamada por otras, Tarancón reconoce que «hemos publicado obras que otras editoriales no habían querido editar y ahora, nosotros, somos esa primera opción para esos autores cuya obra fue negada. Eso, para Astiberri, es muy importante. La satisfacción que sientes es inmensa cuando una obra tuya ha sido premiada o descubres que sale en la prensa y que es solicitada en cinco o seis países. Esa es, en definitiva, nuestra meta. Los tres editores de Astiberri que comenzamos esta aventura nos lanzamos sin red. Teníamos nuestros respectivos trabajos y durante la primera etapa supuso una fuerte inversión económica que provocó que nos hipotecáramos, vendiésemos nuestras casas, gastáramos herencias, pidiésemos créditos a multitud de bancos. Lanzando una breve mirada nostálgica hacia el pasado, descubres que no te arrepientes de nada porque las satisfacciones posteriores han sido muchas y, lo que es más importante, continúan siéndolo».

 

El fenómeno «Arrugas»

A los más de 750 títulos que nutren su actual catálogo, se suma el reconocimiento internacional que han cosechado muchos de sus autores. A modo de ejemplo asoma el nombre de todo un referente como Paco Roca. El artista valenciano mantiene una prolongada relación con la editorial vasca que tuvo en “Arrugas” uno de sus máximos exponentes. En este viaje al pasado, Tarancón recuerda que «lo ocurrido con ‘Arrugas’ nos desbordó. Se convirtió con todo merecimiento en un fenómeno con muchos factores: es una obra social, tuvo mucha repercusión en los medios de comunicación, obtuvo el Premio Nacional de Cómic, más tarde se rodó una película que ganó el Goya. Además de ser uno de los historietistas más inteligentes que conozco, Paco Roca es un autor muy honesto consigo mismo, jamás se traiciona y sabe perfectamente sobre cómo y lo que tiene que escribir. Busca expresarse libremente pero siempre tiene un ojo puesto en el mercado y por ello hace cosas que el público puede entender fácilmente. Es muy fácil colaborar con él porque siempre está dispuesto a ayudarnos a la hora de promocionar su obra y eso, para nosotros, es muy importante. Fue uno de los primeros autores que trabajó con nosotros y que entendió a la perfección esa relación autor-editor que nosotros deseamos mantener. Es una persona con mucho carisma y, sobre todo, es muy simpático y cercano. A todo ello se suma un talento creativo que ha vuelto a salir a relucir en su última obra, ‘Regreso al Edén’». Entre las iniciativas previstas para conmemorar sus primeros veinte años de singladura, Astiberri echará de menos –por el momento– el factor humano que se establece en ferias entre el lector y el autor. A cambio, recordará los cómics publicados. «El trabajo que hemos hecho y los buenos momentos que hemos vivido durante dos décadas. En 2021 publicaremos un fanzine en el que el equipo de Astiberri y muchas de las personas que nos han acompañado recordaremos algunos de los mejores (y peores) momentos compartidos. Se podrá conseguir de forma gratuita en librerías», añade Tarancón. Teniendo presente que desean una celebración muy humilde porque el proyecto nació de esta manera, para este aniversario también se ha puesto en marcha un podcast en el que participan editores, autores y personajes de dentro y fuera del mundo del cómic, para charlar sobre diferentes temas y recuperar algunos títulos un poco desconocidos del catálogo. A todo ello se sumará la publicación de nuevos proyectos con los que se pretende recuperar una normalidad editorial que, durante la pandemia y según el editor vasco, «nos colocó en una difícil situación e incierta. Por fortuna, hemos logrado superar el peligro y contamos en el mercado con obras tan importantes como ‘La cólera’», de Santiago García y Javier Olivares.