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Apretar, también en Madrid


Tres miembros de Sortu (Rafa Díez, Eugenio Etxebeste, Joxemari Olarra) publicaron el 12 de mayo un artículo contra ELA, mezclando opiniones políticas con descalificaciones directas al sindicato. Y todo porque ELA ha interpelado directamente a los partidos soberanistas y a los de izquierda para que den prioridad a la derogación de las reformas laborales de 2010, 2011 y 2012. Esas reformas, entre otros aspectos, buscaban impedir que en Euskal Herria mejoremos los convenios colectivos de miseria que se firman en el Estado y facilitan los despidos colectivos que están llenando las calles de nuestro país de protestas. Terminar con esas reformas es una prioridad para ELA.

ELA podía esperar críticas, pero no insultos. Sortu podía haber mandado un mensaje de tranquilidad y trasladar su compromiso de hacer todo lo posible para impedir los despidos baratos y defender la soberanía de nuestro país en negociación colectiva.

Pero no. El artículo de los miembros de Sortu no debatía sobre la reforma laboral, los fondos europeos o la fiscalidad, sino que estaba centrado en descalificar a ELA, de una manera injusta y poco decorosa. En cualquier caso, lo importante es lo siguiente:

La situación política es grave, pero aún más graves son las consecuencias para la clase trabajadora: se aprobaron los Presupuestos Generales del Estado (con el voto de PNV y EH Bildu), supuestamente a cambio de derogar las reformas laborales, pero el Gobierno de Sánchez lo incumple... y no pasa nada. Un año después, empresas con beneficios multimillonarios siguen despidiendo a centenares de personas. Además, esos presupuestos son una camisa de fuerza para nuestras instituciones e impiden políticas económicas alternativas, como decidir, por ejemplo, el número de médicos que necesitamos en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

Por otro lado, a ELA le preocupa el decisivo voto que EH Bildu ha emitido para aceptar los Fondos Europeos. Esos fondos se destinarán a grandes multinacionales para que lleven a cabo las mismas inversiones que ya tenían previstas, pero ahora se van a pagar con dinero público. Son fondos que deberemos devolver y vienen condicionados a realizar recortes en las pensiones y a evitar, por ejemplo, que se deroguen las reformas laborales de PP y PSOE. No solo ELA debería estar preocupada...

Por eso, ELA quiere saber si los partidos soberanistas tienen entre sus prioridades las condiciones laborales de la clase trabajadora vasca. ELA es muy consciente de cuál es la alternativa al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos en Madrid, pero si no se mejoran la condiciones materiales de la clase trabajadora se alimenta, precisamente, esa alternativa tan nefasta. ELA comprende el contexto histórico que debe gestionar Sortu en Madrid, pero ello no implica exigir silencio o recurrir a insultos en lugar de debatir sobre el fondo porque el sindicato proponga aumentar la exigencia frente al Gobierno español. De hecho, las dos fuerzas abertzales lanzaron similares mensajes en las últimas elecciones generales: había una batalla por la utilidad de sus votos en el Estado.

Lo que aflora en el fondo del artículo de estos miembros de Sortu es la negativa a aceptar la autonomía de ELA como una organización con estrategia y voz propia. De paso, también ha quedado en evidencia el poco valor que se otorga al trabajo sindical en nuestro país.

Por eso, ELA plantea la necesidad de hablar de la reforma laboral. EH Bildu insiste en que tiene un acuerdo para derogar la reforma laboral. Sin embargo, el Gobierno de Sánchez se echó atrás el mismo día de firmarlo. La realidad es que pasan los días y la reforma no se deroga pero el PSOE sí logra sus objetivos con los votos de PNV y EH Bildu (otro ejemplo son las recomendaciones del Pacto de Toledo sobre pensiones). Nuestra pregunta es: ¿no merece alguna reflexión o respuesta esta situación?

ELA también ha propuesto una salida alternativa a la crisis, que pasa por una reforma fiscal para aumentar la inversión pública, crear empleo, desarrollar los servicios públicos y acometer los cambios estratégicos de modelo productivo. Nos gustaría hacer una defensa conjunta con EH Bildu y Elkarrekin Podemos, pero la acción política de ambos partidos en Navarra (la fiscalidad es prácticamente la que dejó Barcina) no da mucha opción al optimismo. Veremos qué presión ejercen ambos grupos y Geroa Bai ante la vuelta a los tiempos del Régimen («chiringuitos» de patronal, UGT y CCOO, y la exclusión de ELA y LAB en foros importantes) que está diseñando el Gobierno de María Chivite.

En definitiva, ELA cree que el debate entre el sindicato mayoritario de este país y los partidos de la izquierda política, entre los que se encuentran Sortu o EH Bildu, tiene que darse en torno a las ideas y las propuestas. Algo que debería ser defendido particularmente por la izquierda, aceptando con naturalidad (aunque no siempre se comparta) la interpelación de sindicatos y movimientos sociales. ELA acepta esa dialéctica también en sentido inverso siempre y cuando se haga desde el respeto y de manera argumentada.