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La OTAN cierra filas frente a los «nuevos desafíos» de Rusia y China

Los líderes de los Estados miembros de la OTAN cerraron filas en su cumbre anual, dejando en un segundo plano los conflictos bilaterales abiertos en los últimos años, para destacar su unidad frente a «los desafíos de China», «las actividades provocadoras de Rusia» y la cooperación militar de ambos.


Los líderes de la OTAN cerraron filas ayer en su cumbre anual en Bruselas para enfrentar «los nuevos desafíos» que observan en Rusia y China. «Hay una conciencia creciente, en los últimos dos años, de que tenemos nuevos desafíos. Tenemos a Rusia no actuando de la manera que esperábamos. Y también a China», afirmó el presidente estadounidense, Joe Biden, estrella de la cumbre, antes de la reunión a la que acudió con la promesa de «revitalizar las alianzas», deterioradas entre los miembros de la Alianza.

Biden insistió en «la necesidad de una mayor coordinación» entre aliados para centrarse en sus prioridades: China y Rusia, calificados ambos como «regímenes autoritarios».

Así, los socios de la Alianza militar dejaron en un segundo plano sus discrepancias, que habían llevado al presidente francés, Emmanuel Macron, a declararla en «estado de muerte cerebral».

Entre ellas, las desconfianza de EEUU hacia los europeos por su aportación, heredada de la Presidencia de Donald Trump; la desconfianza de los europeos hacia EEUU, por sus acciones unilaterales como la retirada de Afganistán o de tratados de limitación de armas, los conflictos entre Turquía y Grecia –que trataron en una reunión al margen– o las crecientes diferencias entre Ankara y París –que también abordaron en un encuentro aparte–.

«Vamos a enviar un mensaje importante a Moscú: nos mantenemos unidos y Rusia no sabrá dividirnos», sostuvo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. A pesar de asegurar no desear una nueva guerra fría, los mensajes, precedidos por los de la cumbre del G7, fueron en la dirección contraria. «China no es nuestro adversario, nuestro enemigo. No habrá una nueva guerra fría con China. Pero debemos enfrentar los desafíos planteados por China para nuestra seguridad», afirmó Stoltenberg. «Observamos que Rusia y China están cooperando cada vez más últimamente, tanto política como militarmente. Esta es una nueva dimensión y un serio desafío para la OTAN», adelantó una entrevista con el diario alemán “Die Welt”, antes de la cumbre.

En su comunicado final, los líderes de la OTAN ratificaron este planteamiento al subrayar su «preocupación» por «las ambiciones declaradas y el comportamiento asertivo de China», que definieron como «desafíos sistémicos para el orden internacional».

También expresaron su preocupación por el «fortalecimiento del sistema militar de Rusia y sus actividades provocadoras, especialmente cerca de las fronteras de la OTAN».

«Mientras Rusia no demuestre que respeta el derecho internacional y que cumple con sus obligaciones y responsabilidades internacionales, no se puede volver a la normalidad», indicaron. En este sentido, expresaron su apoyo a Ucrania y Georgia, y Biden, en reuniones bilaterales, reiteró también su respaldo a Lituania, Estonia y Letonia en los conflictos con Moscú.

Pero en el caso ucraniano, los ánimos de la OTAN y los 150 millones de dólares más en asistencia militar prometidos por el Pentágono no fueron suficientes para su presidente, Volodimir Zelensky, que volvió a quejarse de que la Alianza ignore sus demandas de integración e y de que Biden se reúna antes con el presidente ruso, Vladimir Putin, que con él, invitado a Washington en julio.

Las cumbres de la OTAN y del G7 prologan la reunión de mañana entre Biden y Putin, en Ginebra, de la que nadie espera avances en la cooperación entre las dos potencias. Washington confiesa que será suficiente con que la relación no se deteriore aún más. Antes, Biden se reúne hoy con los presidentes de las instituciones de la UE.

Macron y Biden liman diferencias con Erdogan

Los miembros de la OTAN intentaron vencer la susceptibilidad de Turquía, enfrentada a varios de ellos, en sendos encuentros del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, con sus homólogos, francés, Emmanuel Macron, y estadounidense, Joe Biden. Tras las reuniones, Erdogan mostró su satisfacción por haber «revitalizado la cooperación». La OTAN necesita a Ankara para que asuma la seguridad del aeropuerto de Kabul tras la retirada de las tropas de la Alianza, esencial para mantener una presencia occidental en Afganistán y está dispuesta a proporcionar fondos para garantizarlo. Erdogan discutió los términos de la oferta, pero no se olvidó de recordar algunos de sus desagravios a sus socios. En una conferencia previa, el presidente turco se mostró molesto por el trato que han recibido algunos «cabecillas de organizaciones terroristas», a los que cree que se les considera como «actores e interlocutores legítimos del máximo nivel», en referencia a las autoridades kurdas en Siria. GARA