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Madrid y Rabat reforzarán la seguridad tras el salto a la valla y la entrada de 240 personas en Melilla


El ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró ayer, tras el salto masivo de personas migrantes a la valla de Melilla, que la coordinación con Marruecos en materia de inmigración es «real y efectiva» y que ambos países están en permanente contacto para mejorar la protección del perímetro.

Un total de 238 personas de origen subsahariano –todas varones–, según datos de la Delegación del Gobierno, entraron en Melilla a primera hora en uno de los saltos a la valla más numerosos de los últimos años, en el que participaron más de 300 migrantes, aunque no todos lo consiguieron. Varios resultaron heridos.

Los inmigrantes, ayudados por garfios, escalaron la alambrada, de seis metros de altura, por la zona del Barrio Chino y entraron en la ciudad, pese al dispositivo de la Guardia Civil que se había desplegado a lo largo de todo el perímetro.

Los migrantes al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla por su propio pie, a la carrera, atravesando varios barrios de la ciudad, entre gritos «boza» y «asilo», y grandes muestras de alegría.

Pasarán la cuarentena en las dependencias habilitadas para ello. Se unieron, así, a los dos grupos de más de un centenar y una veintena de inmigrantes que también lograron saltar la valla la semana pasada, y que estaban aislados en el interior del CETI como medida de prevención por la pandemia.

Este salto a la valla se produjo en un momento en el que el perímetro fronterizo estaba reforzado con más agentes.