Enviado de la ONU alarmado por aumento de hostilidades en el sur de Siria

El enviado especial de la ONU para Siria, el noruego Geir Pedersen, expresó ayer su preocupación por el aumento de las hostilidades en el sur de ese país, donde bombardeos y enfrentamientos terrestres en las últimas semanas han causado un alto número de víctimas civiles y han dañado infraestructuras.

En un encuentro virtual del Grupo de Apoyo Internacional de Siria celebrado en Ginebra, Pedersen advirtió que miles de civiles se han visto obligados a huir de la zona de Deraa al Balad (cercada por el Ejército sirio) y apenas tienen acceso a alimentos, agua potable y atención médica.

El diplomático noruego reiteró su petición de un fin inmediato de los enfrentamientos armados y que las partes en conflicto faciliten el acceso para la llegada de ayuda humanitaria en Deraa al Balad y otras zona.

El Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, comenzó en junio su ofensiva a Deraa al Balad, uno de los dos principales distritos de la capital regional y bastión de la oposición siria hasta hace tres años. Su objetivo es presionar a los antiguos rebeldes del Ejército Libre Sirio para que entreguen sus armas y permitir la creación de puestos de control de las fuerzas gubernamentales.

Pedersen también denunció una notable escalada de la violencia en el noroeste de Siria, y un empeoramiento de la situación humanitaria en el noreste (bajo administración kurda) debido a la escasez de agua.

Estos problemas «hacen patente la necesidad de un alto al fuego a escala nacional y una solución política completa, en línea con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad», señaló en un comunicado.