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EDITORIALA

Señalar a la juventud para eludir responsabilidades


Varios diarios del grupo Vocento publicaron ayer parte del decreto que para la desescalada prepara el gobierno que preside Iñigo Urkullu. Entre los cambios destaca la introducción de medidas alternativas a las multas para hacer frente los botellones, tales como trabajos comunitarios, programas de concienciación e incluso programas de tratamiento para casos en que se considere que existe dependencia. Asimismo, según lo filtrado, se aplicarían a personas de entre 18 a 25 años, es decir, se discriminaría a la gente por edad, algo que desde un punto de vista jurídico resulta bastante dudoso.

Esta filtración, así como el hecho de que los botellones se hayan convertido en principal noticia de esos periódicos, denota un interés por utilizar políticamente el tema para cargar contra la juventud. Es la puesta en práctica del manual de la extrema derecha que busca estigmatizar a determinados grupos –en este caso, a la juventud vasca– para canalizar hacia ellos el creciente malestar social. Apenas se vislumbra el final de la larga pandemia, la carestía de la vida, el déficit de viviendas en alquiler, la precariedad laboral, las relaciones sociales deterioradas y los problemas de salud mental están provocando una situación de creciente zozobra y malestar social. Se ve que incapaz de dar una respuesta positiva, el Ejecutivo de Lakua ha optado por canalizar convenientemente ese malestar para que sus responsabilidades pasen desapercibidas. Porque no hay que olvidar, y solo en el ámbito de la salud, que la Atención Primaria sigue bajo mínimos, los programas de prevención de cáncer se han retrasado y este sábado hay convocada una manifestación en defensa de Onkologikoa.

La gente está haciendo frente a una situación muy complicada, el país esta desbordado, pero parece que el problema son los botellones. El problema es que Lakua no tiene competencias ni ambición para liderar este país y lo único que se le ocurre para salvarse es estigmatizar a la juventud.