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EDITORIALA

Obras son amores, y no buenas razones


La reunión sobre la reforma laboral celebrada ayer en La Moncloa se cerró con el acuerdo de llevar a cabo el compromiso adquirido ya hace casi dos años por los dos socios del Ejecutivo español. Aunque el objetivo de la reunión era fijar una posición común ante la negociación con los agentes sociales, nada trascendió sobre los contenidos concretos de esa derogación, algo que, desde luego, no envía una señal positiva sobre los cambios que el Gobierno plantea introducir en la legislación laboral.

Lo que sí dejaron claro fue que la reforma se derogará de acuerdo con los términos del acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado por el Ejecutivo español a la Comisión Europea. Y en este punto surgen también las dudas, ya que el documento remitido a Bruselas para poder recibir los fondos del programa Next Generation es lo suficientemente ambiguo como para que pueda caber casi cualquier cosa en ese punto. Abundan palabras como «simplificación», «regulación» o «modernización», que lo mismo pueden referirse a derogar los aspectos más lesivos de la reforma de Rajoy como a una adaptación a los nuevos tiempos. Lo más preocupante de esta constante referencia a la Comisión Europea es que a principios del mes pasado varios medios filtraron que el Ejecutivo de Sánchez y la Comisión estaban preparando un documento técnico con los detalles que servirán para la evaluación de los compromisos adquiridos por el Gobierno español. Las mismas fuentes añadían que ese documento no se iba a hacer público, algo que ya apenas sorprende en una Unión Europea cada vez más centralizada y antidemocrática, pero que genera desasosiego e invita a mantenerse vigilante.

Como acertadamente señaló la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, las palabras y los compromisos son importantes en política, pero los hechos lo son más todavía. De la tantas veces manoseada derogación de la reforma laboral de 2012, y ante la falta de competencias de las instituciones vascas, lo importante será lo que finalmente publique el Boletín Oficial del Estado.