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Biden salva un primer escollo para sus inversiones

El presidente de EEUU, Joe Biden, salvó un primer escollo para sacar adelante sus grandes planes de infraestructuras a pesar de la división del partido demócrata, pero solo acuciado por el aviso de los reveses electorales. El desacuerdo entre los sectores conservadores y progresistas del partido aún amenazan el programa de protección social y acción climática, mientras Biden se juega una complicada legislatura en la próxima renovación del Congreso.


El Congreso de EEUU adoptó finalmente el vasto plan de inversión en infraestructuras promovido por Joe Biden, una victoria para el presidente, que, sin embargo no ha logrado votar a la vez el componente social y ecológico de sus proyectos de reforma y superar la división del partido. Este plan de 1,2 billones de dólares para modernizar carreteras, puentes y redes de internet se aprobó con 218 votos demócratas y diez republicanos a favor.

Biden, con su índice de popularidad a la baja tiene la necesidad urgente de reactivar su Presidencia a un año de las legislativas de medio mandato que renovarán el Congreso y pueden poner en aprietos su presidencia, y con el trumpismo aún muy activo y al acecho para las presidenciales de 2024.

Y tiene puesta su esperanza en sacar adelante dos textos en la Cámara de Representantes: este plan de inversión y un amplio programa para rediseñar el sistema de protección social y la lucha contra el sistema de calentamiento global estimado en 1,7 billones de dólares. En total, tres billones en una década.

Al aprobar el viernes solamente el programa de infraestructuras, los demócratas salvan los muebles a pesar de las profundas divisiones internas.

La derrota en las elecciones a gobernador en Virginia y la apurada victoria en New Jersey habían dado un serio aviso al Partido Demócrata, que tuvo que renunciar a la votación del segundo texto, en el que el ala más derechista aún no tiene claro su apoyo.

Finalmente, acordó con los electos progresistas desbloquear la votación, ante el riesgo de ahondar en el desgaste, pero no logró el apoyo de todos ellos y, de hecho, tuvo que apoyarse en algunos republicanos.

Biden logró el compromiso del ala conservadora para votar su programa social antes del 15 de noviembre en la Cámara de Representantes, antes de pasar al Senado. El programa prevé educación preescolar, permisos para el cuidado de hijos, mejora en la cobertura sanitaria e inversiones significativas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El ala progresista demócrata recelaba de votarlo por separado ante el temor de que los más conservadores no lo apoyen.

Durante todo el día la presidenta demócrata de la Cámara Demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, trabajó para cerrar filas y lograr la adhesión de los electos a los programas del presidente, mientras Biden multiplicaba viajes al Capitolio, desayunos y encuentros con los congresistas.

El presidente, que durante la campaña presidencial se jactó de sus habilidades negociadoras debido a su larga carrera como senador, tropieza ahora con estas peleas intestinas y la votación del viernes no es el final de sus problemas.

Aunque consiguiera sacar adelante ambos planes a mediados de mes en la Cámara de Representantes, su parte social aún tendrá que ser aprobada en el Senado, que puede retocarlo significativamente.

Con una mayoría muy ajustada de los demócratas, su destino está en manos de un electo demócrata del ala derechista, Joe Manchin, de Virginia Occidental, que cree que las políticas de Biden van demasiado a la izquierda. Aunque el viernes aplaudió la aprobación del programa de infraestructuras, dice temer que el plan social aumente la deuda pública y la inflación.