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BALONCESTO - EUROLIGA

El futuro de Dusko Ivanovic en Gasteiz ya no depende de él

Saski Baskonia fue avasallado por un Barça que rompió el partido con un parcial de 16-0 en el primer cuarto. Debutó Lamar Peters.


BARCELONA LASSA 93

BITCI BASKONIA 67


Si Dusko Ivanovic continúa en el cargo de entrenador en el partido de mañana frente a Gran Canaria, será por decisión de Josean Kerejeta y la directiva. El técnico montenegrino se merece todos los parabienes por lo mucho que ha aportado al Baskonia, pero después de estas últimas derrotas, su crédito se ha agotado por completo.

«El Baskonia podía perder, pero siempre luchaba. Ahora, ante la primera dificultad, se viene abajo y deja de luchar», dijo el preparador montenegrino. «Yo nunca me rindo», repitió, pero con el corolario de «el equipo, al menos esta noche, sí se rindió».

Y eso que empezó muy bien el Baskonia, con un 2-6 favorable, gracias al talento anotador de Steven Enoch, elegido por Dusko Ivanovic para el quinteto titular. Sin embargo, la fortaleza defensiva demandada por el técnico montenegrino para este partido brilló por su ausencia y al Barça poco le costó enseñarle la matrícula al Baskonia.

Del 2-6 se pasó al empate a 10, y de ahí, al 26-10. El ataque baskonista se fue atascando ante un Barcelona que fue mejorando sus prestaciones defensivas a la par que acaparaba casi todos los rebotes. No obstante, el panorama defensivo era todavía peor, al punto de que Laprovittola robaba y castigaba con un triple para abrir la brecha por encima de la decena, o Brandon Davies le sacaba un «dos más uno» a Costello que, para más inri, cometía una absurda falta antideportiva.

Con 32-15 acabaría el primer cuarto, pero no el suplicio de los gasteiztarras, que encajaban un parcial de 9-2 nada más comenzar el segundo asalto, momento en el que debutaba Lamar Paters. Un Lamar Peters superado por lo que le acontece a su equipo y al que poco se le puede achacar, por mucho que Jokubaitis lo superase con claridad.

Curiosamente, un «autista» como Steven Enoch era el único sostén gasteiztarra, igual que un Giedraitis que, conforme pasaban los minutos, se fue entonnando de a poco. Magro consuelo, viendo que el choque llegaba al descanso con 55-31 en el luminoso, y la sensación de que, si Jasikevicius hubiera querido –dio minutos al prometedor junior Michael Caicedo–, el Barça hubiera sentenciado el partido ahí mismo. Si no lo había hecho ya.

De mal en peor

Quedaba, pues, esperar un milagro parecido al que consiguió Valencia Basket ante la Virtus de Bolonia el miércoles en la Eurocup –o el propio Baskonia ante Unicaja el pasado domingo– o asumir una derrota que, de inapelable, podía llegar a diferencias ya humillantes.

Pero esta vez no hubo reacción y sí, lamentablemente, un parcial de 10-2 con el que dejarlo todo doblemente sentenciado. El colmo de la impotencia baskonista fue ver una contra del Barça en el que los cinco jugadores blaugranas llegaron al aro gasteiztarra y solo un baskonista llegó a intentar tapar la canasta rival, algo que no evitó.

Mirotic se enseñoreó de la defensa gasteiztarra y hasta un tirador mal reboteador como Kuric cerró el tercer período con una canasta sobre la bocina tras rebote, sacándole todavía más los colores al Baskonia: 81-41.

La máxima renta fue de 41 puntos, después de que Sanli anotara el 84-43. A partir de entonces, Jasikevicius optó por dar minutos a los jóvenes y descanso a sus estrellas, al tiempo que entre Peters, Giedraitis, Enoch y Costello, Saski Baskonia al menos maquilló el resultado. Sí, perder por 26 puntos fue un mal menor. Y eso fue lo peor.