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Urkullu vuelve a faltar a la verdad, ahora sobre emergencia climática


El lehendakari Iñigo Urkullu presumió ayer en el Parlamento de Gasteiz de que la CAV fue la primera comunidad en declarar la situación de emergencia climática el 30 de julio de 2019. No es cierto. Catalunya lo hizo el 14 de mayo del mismo año. La CAV tampoco está por debajo de la media de la Unión Europea en emisiones de CO2, como también aseguró ante la Cámara.

No es la primera vez que lo afirmado oficialmente por el lehendakari en el Parlamento no concuerda con la realidad. Ya ocurrió con la negación de lo que había dicho en una conferencia sobre la huelga del metal en Bizkaia, pese a que había un vídeo del acto, y hasta dos veces con datos relacionados con el covid sobre test.

El parlamentario de EH Bildu Mikel Otero preguntó ayer al lehendakari sobre el fracaso de sus políticas para hacer frente a la emergencia climática, ya que sostiene que desde que Iñigo Urkullu está en Ajuria Enea el ritmo de reducción de emisiones está siendo del 0,1% anual, cuando el compromiso es que para 2030 las emisiones sean la mitad de las que se producen en la actualidad.

El lehendakari respondió que el Gobierno de Lakua está comprometido con la «acción por el clima» y, en este empeño, está ejecutando diversas acciones: como, por ejemplo, el Proyecto de Ley de Transición Energética y Cambio Climático; el Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible; la Estrategia Vasca de Hidrógeno; el Proyecto “Life Urban Klima 2050”; el Proyecto Ekiola; y, recientemente, la CAV se ha sumado, en la COP26 de Glasgow, a la Alianza Industrial Mundial para alcanzar emisiones netas cero en 2050.

Iñigo Urkullu presumió de que con su Ejecutivo al frente la CAV fue «la primera comunidad en aprobar la Declaración de Emergencia Climática el 30 de julio de 2019». Esto no es cierto. La Generalitat declaró formalmente la emergencia climática el 14 de mayo de 2019. Es decir, antes que el Gobierno de Lakua.

Tampoco menos emisiones

En su intervención, el lehendakari también aseguró, en euskara, que «hoy en día las emisiones están por debajo de la media de Europa». El parlamentario Mikel Otero se lo refutó en el propio pleno haciendo referencia a datos ofrecidos por el propio Ihobe (Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno de Lakua).

Según pudo comprobar GARA, en el último “Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero del País Vasco” publicado por Ihobe, correspondiente al año 2019, se puede observar que el ratio de emisión de CO2 equivalente por habitante en la CAV es de 8,4 toneladas, mientras que la media de la UE-28 es de 7,9 toneladas.

El parlamentario de EH Bildu criticó la falta de un marco estable de actuación en esta materia en la CAV. «No tenemos Ley del Clima, los objetivos de la estrategia climática y energética están anticuados, no hay una hoja de ruta para la descarbonización, no hay plan de financiación...», lo que ha resumido en que «en definitiva, falta tratar la emergencia climática como lo que es: el mayor reto colectivo al que nos enfrentamos como sociedad».

Por detrás de EH Bildu

En relación a la propia declaración del Ejecutivo, cabe señalar que se hizo después de que EH Bildu ya hubiera registrado en el Parlamento una moción pidiendo al Gobierno que la efectuara y tras haberla rechazado en el Ayuntamiento de Gasteiz.

Iñigo Urkullu, a través de una escenificación solemne y arropado por todos los miembros de su Gabinete, declaró el 30 de julio de 2019 «la situación de emergencia climática» con el fin expuesto de lograr una CAV neutra en carbono «no más tarde de 2050», mediante acciones que se anunciaron «urgentes y ambiciosas». Además, aseguró que será «un objetivo central del país» que contará con medios y recursos económicos, y se ha comprometido a tener en cuenta el cambio climático en todas las políticas públicas.

Pero casi un mes antes, el 2 de julio, EH Bildu ya había registrado una moción, como consecuencia de una interpelación del 28 de junio. En dicha propuesta recogía, entre otras cosas, que «el Parlamento declara la situación de emergencia climática»; «que refleje en los Presupuestos la política y la planificación a acometer como consecuencia de la declaración de la situación de emergencia climática»; y que «el Parlamento insta al Gobierno a que, de hoy en adelante, considere la situación de emergencia climática como punto de partida en todas las políticas públicas».

Como puede observarse, las similitudes entre la propuesta de EH Bildu y la posterior declaración del Gobierno son apreciables. Pero cabe destacar que, entre medias, el 5 de julio EH Bildu pidió esa misma declaración de emergencia climática en el Ayuntamiento de Gasteiz y en el pleno del 19 de julio PNV y PSE la evitaron, aprobando una enmienda que eludía la declaración.

Después de que el 30 de julio el Gobierno de Urkullu hiciera su anuncio, se abrió la veda y en setiembre fue posible hacer la declaración en el Ayuntamiento de Gasteiz, a instancias de una quincena de sindicatos y asociaciones, aunque con la abstención de PNV y PSE. También se aprobó la declaración de emergencia climática en el Parlamento de Gasteiz como consecuencia de la moción registrada por Mikel Otero.